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Dom, Abr

Los incendios en Hawái ya son los más letales del último siglo en Estados Unidos

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Los incendios forestales que se han propagado velozmente han dejado semidestruida la ciudad de Lahaina en la isla hawaiana de Maui. ¿Por qué se han extendido tan rápidamente?

 

(National Geographi).- Los devastadores incendios forestales en Maui, Hawái, han dejado una huella indeleble. La intensidad de los incendios ha sido tal que los residentes han sido forzados a huir hacia el océano, lo que refleja la magnitud del desastre. Al menos se han registrado 80 víctimas.

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Los incendios han provocado una devastación extensa en Lahaina, una ciudad turística situada en el noroeste de Maui con aproximadamente 13.000 habitantes. Lahaina, que en su día fue un centro ballenero y la capital del reino hawaiano, ahora recibe a cerca de 2 millones de turistas cada año.

Además, las llamas han consumido áreas cercanas a Kihei, una localidad costera en el sur de Maui, y han arrasado partes de Kula, una región residencial situada en el área montañosa central de la isla. También han incinerado zonas de la Gran Isla.

Elizabeth Pickett, codirectora ejecutiva de la Organización de Gestión de Incendios Forestales de Hawái, ha enfatizado que el ecosistema del archipiélago no está adaptado al fuego.

EL PAPEL CRUCIAL DEL VIENTO
Las causas exactas de los incendios que comenzaron en la noche del martes aún no han sido identificadas. No obstante, el Servicio Meteorológico Nacional había previamente emitido alertas para las islas hawaianas, advirtiendo sobre fuertes vientos y condiciones climáticas secas, condiciones que son favorables para la propagación de incendios forestales. Estas alertas fueron finalmente canceladas a última hora del miércoles.

De acuerdo con el Servicio Forestal de los Estados Unidos, alrededor del 85% de los incendios forestales en el país son causados por acciones humanas. Las causas naturales que pueden originar estos incendios incluyen los rayos y la actividad volcánica. Es importante destacar que en las islas hawaianas existen seis volcanes activos, y uno de ellos se encuentra en Maui.

Lo que está alimentando los incendios en Maui, y en muchos lugares del mundo, es el viento. En este caso, el huracán Dora al sur y un sistema de alta presión al norte de Hawái han creado ráfagas de viento de casi 130 kilómetros por hora, impulsando las llamas y permitiendo que salten de estructura en estructura. Estos vientos también tienen la capacidad de arrojar brasas a kilómetros de distancia, creando nuevas llamas.

Además del viento, Maui también ha sufrido de sequía moderada o grave. La vegetación seca se ha acumulado y está lista para arder, y los vientos secos han agravado aún más la situación al absorber cualquier humedad restante. El cambio climático, con su aire más cálido, contribuye a una mayor desecación.

FACTORES HISTÓRICOS Y VEGETACIÓN INVASORA
La llegada de europeos y la introducción de hierbas invasoras también han desempeñado un papel. Estas gramíneas propensas a los incendios han cubierto el 26% del estado, creando un paisaje explosivo y volátil. La Universidad de Hawaii en Mānoa ha señalado la sequía creciente y los cambios en el comportamiento del fuego como señales claras de que algo está mal.

DESAFÍOS Y SOLUCIONES FUTURAS
En el futuro, las comunidades de Hawái enfrentarán desafíos adicionales debido a la "interfaz urbano-forestal" (WUI) donde el desarrollo humano se encuentra con la vegetación. Esto no solo aumenta el riesgo, sino que también proporciona más fuentes de ignición. Los expertos creen que el problema de la gestión de la vegetación es solucionable, y hay esperanza en que, con una mayor conciencia y acciones, se puedan prevenir futuros desastres en Hawái.

En resumen, los incendios forestales en Maui son un complejo entrelazamiento de factores naturales y humanos. Desde los vientos impulsados por el huracán hasta la sequía, la invasión de gramíneas, y el cambio climático, todo ha contribuido a un desastre de proporciones catastróficas. La respuesta y la prevención futuras requerirán una comprensión profunda y una gestión cuidadosa de estos elementos, con un fuerte enfoque en la adaptación y resiliencia.