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Dom, Abr
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López Obrador pide austeridad a los mexicanos mientras su hijo vive en una mansión de lujo en Texas

Política
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El presidente mexicano mantiene la hostilidad hacia los periodistas por las críticas, y habla de «reacción conservadora y golpista»

 

(ABC).- A través de un comunicado en sus redes sociales, José Ramón López Beltrán, hijo del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, aclaraba su situación laboral: «Soy un ciudadano privado y no tengo injerencia alguna en el gobierno de México. Mis ingresos provienen al 100% de mi trabajo en Houston. No hubo, ni habrá conflicto de interés. Les pido respeten mi vida privada y la de mi familia».

El primogénito del mandatario mexicano se ha visto obligado a aclarar su situación laboral después de que el profesional de la comunicación Carlos Loret Mola sacará a la luz una investigación periodística al que López Obrador ya ha contestado duramente desde su discurso diario de la Mañanera: «Se dedica a atacarme, es un montaje».

Las declaraciones del hijo y su mujer se producen tras haber sido 'trending topic' y después de que hace tres días su propio padre manifestara que se encontraba esperando que aclarara «de qué vive» porque «José Ramón ya es grande». La mansión con cinco baños, piscina de 32 metros y sala de cine propia golpea a la administración Obrador. Primero porque se cae su discurso basado en la austeridad.

Cedida presuntamente por una petrolera

Recordemos las palabras del su discurso presidencial en mayo de hace dos años cuando la pandemia comenzaba a dejarse notar en la economía mexicana: «No consumir de manera enfermiza. Si ya tenemos zapatos ¿Para qué más? Si ya se tiene la ropa indispensable, sólo eso. Si se puede tener un vehículo modesto para el traslado ¿Por qué el lujo?», después de augurar ayudas para los trabajadores. Por ende, también deja tocada la narrativa gubernamental contra la corrupción, uno de los pilares de su administración.

Ya que la casa en la que vivió la familia de su hijo mayor en Houston, habría sido cedida presuntamente por un alto directivo de Baker Hughes. Una pantagruélica petrolera que, aunque se infiltró en México gracias a la administración anterior de Peña Nieto, habría doblado sus contratos millonarios en los últimos años.

Pese a todo AMLO, continua con sus estrambóticas alocuciones en las que guarda las dos premisas que ha llevado a cabo durante la mitad de su sexenio: El optimismo con «debe de transparentarse todo, el nada debe, nada teme» y los ataques a la oposición que le otorgan un instantáneo papel de víctima por la «reacción conservadora, golpista, en contra de que se lleve a cabo un verdadero cambio en el país».