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Dom, May

Epicentro / Pablo Amílcar, el hombre que se perdió en el camino

Opinión
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En Guerrero, el delegado federal Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros se perdió en el camino. Primero fue diputado local en el Congreso en Guerrero, donde por más que intentó no pudo conciliar con todas las fuerzas políticas que llevaron a su curul a los 46 diputados con los que se enfrentó en muchas ocasiones. Llegó como luego dicen, porque abrazó una plurinominal, pero luego fue invitado a servir como Delegado Federal por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. 

El cargo no fue cualquier cosa, era un espacio donde podía operar con todo los sectores productivos del país, organizaciones sociales y autoridades de los 81 municipios en la entidad, terreno fértil para luego capitalizar el poder político en aspiraciones legítimas. Como cosa de maldición, algo pasó que fue denunciado por campesinos de que no estaba entregando el fertilizante de manera puntual y general sino selectiva. En la región de la Costa Chica, misteriosamente desaparecieron varias toneladas de fertilizante de una bodega y nunca explicó qué pasó con ese abono para el campo.  En el camino, también se peleó con el gobernador del estado Héctor Astudillo Flores, a quién en un evento con el presidente de México, le llevó un grupo de agitadores que le chiflaron al gobernador y lo hicieran quedar mal. Esto fue del dominio público, algo que por su puesto, no fue de buen gusto.

 

Dicen lo que saben de política, que fue su peor error, haberse peleado con el gobernador de Guerrero. Ya entonces, las desgracias lo empezaban acompañar por el camino. Cuando la confrontación se agitaba, por su falta de oficio político, fue el propio presidente AMLO que vino a dialogar con el gobernador y el delegado y tras limar asperezas, los invitó a trabajar juntos por una misma causa a saber Transformar Guerrero. En el 2015 Pablo Sandoval era un hombre muy distinto, tratable y razonable en muchos sentidos. Nadie sabe en qué momento se perdió en el camino. Algunos sostienen que se  mareó cuando lo empoderan desde la Ciudad de México, su hermana la secretaría de la función pública, Irma Eréndira y su cuñado el gringo John Ackerman. Y es que cuando le dijeron que podría ser gobernador de Guerrero, por las buenas o por las malas, este se la creyó e inició su maquiavélico plan de buscar ese objetivo. En realidad eso fue lo que se observó en los distintos medios de comunicación que le seguían sus pasos. Como no pudieron imponerse desde la cúpula  del poder político de Morena, buscaron todos los planes para apuntalarlo.

 

Muchos recuerdan los miles de millones de pesos que pagaron a la revista que nadie lee, 99 Grados, de Edgar Neri, cuyo papel fue legitimar una campaña anticipada en la que le publicó una portada de la revista en cientos de espectaculares en todo Guerrero.  Claro, nadie le dijo nada. En redes sociales comentaban cómo la mano del matrimonio con poder, echaban mano de todo el aparato del estado, para esculcar hasta el tuétano a uno de los punteros en las encuestas, desde que inició el proceso electoral 2021. Se valieron de todo, y como muchos han dicho, invirtieron muchos recursos para ese fin perverso que  más tarde se traduciría en una Guerra Sucia.  En el registro de los precandidato a la gubernatura por Guerrero en la Ciudad de México, todos firmaron un acuerdo que apoyan al que ganará la encuesta.  Al final, nadie de los que firmaron ese acuerdo, incluyendo a Pablo Amílcar sostuvo su palabra y  su firma.

 

Ya para que el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, se metiera en problemas por no respetar la primera encuesta que había ganado el senador con licencia Félix Salgado Macedonio, tuvo que recurrir a una segunda, negando la primera en su cuenta de Twitter.  Pese al escándalo y la inconformidad por el viciado proceso de selección interna de Morena, vino la  recomposición y finalmente la imposición abortó. Ganó la voluntad popular en Guerrero  y Mario Delgado, informó que Salgado Macedonio, era el ganador de la contienda interna y quedaba oficialmente como: Coordinador de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación y en consecuencia candidato a gobernador por Guerrero. Pablo Amílcar y su grupo, no respetaron el acuerdo firmado y continuaron con la Guerra Sucia. Ahora, pese a que se le invitó a negociar y conciliar por la unidad en beneficio de los guerrerenses, al principio había expresado que sí, pero al final sacó su odio y rencor y dio marcha atrás. Se perdió en el camino. Hay muchas voces que afirman que “todo lo que hace Pablo le sale mal”. Y es que quienes lo mueven y asesoran no son de Guerrero ni han vivido en la entidad.

 

Los intereses que traen son otros, pero se toparon con piedra, porque en Guerrero, manda el pueblo, y como bien lo dijo el presidente de México, López Obrador, con el pueblo todo, sin el pueblo nada.  La historia está escrita. Pablo ha perdido todo, en Guerrero, viene la fuerza de un pueblo que apoyará a Salgado Macedonio,  por encima de los intereses de un grupo de “chilangos”, que incrustados en Morena, pretendieron asaltar al partido y someter a un pueblo para que Sandoval Ballesteros fuera impuesto algo que no les funcionó. En Guerrero la gente ya decidió quién será su gobernador. Pablo, se perdió en el camino.  La Cuarta Transformación nunca la entendió, todo lo contrario, el que se transformó fue él en manera de conducirse. Su actitud de todopoderoso y de no reconocer su capacidad ni reconocer la capacidad de otros que llegaron primero que él a la política a crear historia, no le permite aceptar su derrota. Algún día entenderá que no todo se compra con dinero y que ni el poder que  en este momento tienen sus parientes en el gobierno de AMLO se acabará como su ambición desmedida por llegar al poder a costa de lo que sea. Le recuerdo a Pablo, que con el pueblo todo, sin el pueblo nada.