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Dom, Abr

Rusia acusa a Ucrania de atacar con drones su territorio en varias regiones fronterizas

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Un depósito de armas en la región de Bélgorod, a unos 20 kilómetros de la frontera, sufrió un fuerte incendio y quedó totalmente destruido

Un arsenal militar junto al poblado de Stáraya Nelidovka, situado a una veintena de kilómetros de la frontera con Ucrania, en la región rusa de Bélgorod, pudo ser objeto de un ataque con drones desde territorio ucraniano ayer por la mañana. Así lo estima el gobernador de esta región, Viacheslav Gladkov, que aseguró que hubo cuatro explosiones.

El depósito de armas sufrió un fuerte incendio y ha quedado casi totalmente destruido. Gladkov dijo que el fuego está controlado y no produjo víctimas ni se extendió a edificios cercanos. Otro gran incendio afectó el lunes a un depósito de combustible en la región de Briansk, también fronteriza con Ucrania; de la misma manera no hubo que lamentar damnificados.

También en la madrugada de ayer, en las cercanas regiones rusas de Kursk y Voronezh, igualmente vecinas de Ucrania, las autoridades declararon que las explosiones en el cielo grabadas en el móvil por numerosos usuarios de las redes sociales fueron cohetes de la defensa antiaérea disparados contra drones ucranianos.

Los gobernadores de Kursk y Voronezh, Román Starovoit y Alexánder Gúsev, llamaron a la calma a la población, ya que, según sus palabras, el trabajo de interceptación de los ingenios no pilotados de fabricación turca que utiliza el Ejército ucraniano «fue todo un éxito», ya que, según su relato, no llegaron a causar destrucción ni víctimas.

«Se confirmó la información preliminar: un vehículo aéreo no tripulado ucraniano fue interceptado en el cielo sobre la región de Kursk. Los cálculos de nuestra defensa aérea no fallaron, respondieron rápida y eficientemente. Nadie resultó herido, no hubo daños», afirmó ayer Starovoit en su canal de Telegram. El lunes también informó de que «la defensa antiaérea derribó dos drones ucranianos en el distrito de Rilsk».

Responsables de las regiones de Bélgorod y Briansk han denunciado varias veces bombardeos supuestamente lanzados desde Ucrania, lo que ha llevado a que sea declarado el «nivel amarillo de amenaza terrorista» en todas las provincias rusas del entorno. El lunes, Gladkov señaló que «una de nuestras aldeas fue objetivo de disparos (…), hay civiles heridos. De momento son dos: un hombre herido en la mano y una mujer en el cuello». «Fuerzas y medios adicionales están involucrados en la región con el establecimiento de puestos de control y observación, grupos móviles operan en cada distrito y hay más de 400. Se han intensificado las patrullas y la población colabora con la Policía», manifestó Starovoit al explicar en qué consiste el 'nivel amarillo' (alto) de alerta, que entró en vigor por espacio de un mes el pasado 11 de abril.

Por su parte, el asesor de la Presidencia ucraniana, Mijailo Podoliak, en referencia a lo que está sucediendo en Kursk, Voronezh, Bélgorod y Briansk, dijo que «si se decide atacar masivamente a otro país, tarde o temprano habrá que pagar las deudas. Ahora estas regiones entienden lo que significa el concepto desmilitarización, ya que sus almacenes de munición y depósitos de carburante están explotando», aunque no reconoció que detrás esté Ucrania.

El pasado 1 de abril, Gladkov ya avisó de que «dos helicópteros ucranianos dispararon de madrugada varios misiles contra un depósito de combustible» en la ciudad de Bélgorod, provocando un gigantesco incendio. Las redes sociales publicaron vídeos del momento en el que los aparatos dispararon los misiles, lo que produjo la sorpresa general al resultar inexplicable que pudieran penetrar 50 kilómetros en territorio ruso sin ser detectados ni derribados por el Ejército ruso.

Las autoridades de Bélgorod ya acusaron anteriormente a las tropas ucranianas de bombardear la zona. El 23 de marzo, en las aldeas de Zhuravliovka y Nejoteevka, justo en la frontera con Ucrania, fue decretado el estado de emergencia después de la explosión de un proyectil que, según Gladkov, fue lanzado desde Ucrania.

Al día siguiente, Rusia afirmó que las explosiones se repitieron y que, como resultado, una persona murió y tres resultaron heridas. Después, el 29 de marzo, saltó por los aires un arsenal, si bien Moscú admitió oficialmente que la causa de las explosiones fue el «incumplimiento de las normas de seguridad» dentro del polvorín.

Transnistria

Los separatistas de la autoproclamada república de Transnistria, en Moldavia, también culpabilizan a Ucrania de ser la responsable de los ataques de los tres últimos días. El Ministerio del Interior de este enclave secesionista prorruso emitió ayer un comunicado aseverando que en la noche del martes «se detectaron varios drones» y, horas después, «se efectuaron disparos desde el lado ucraniano en dirección a Kolbasnoe (…), donde hay un almacén de armas. Según los expertos, es el mayor depósito de municiones en Europa. Quedaron allí tras la retirada del Ejército soviético» y se encuentra a tan sólo dos kilómetros de la frontera con Ucrania.

Según el ministro de Exteriores de Transnistria, Vitali Ignatiev, en declaraciones a la agencia Interfax, «las explosiones de los últimos días no fueron aleatorias (…), son actos terroristas y las pistas conducen a Ucrania». Pero el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, cree que Rusia está tratando «desestabilizar» Transnistria para abrir un nuevo frente en la guerra y advirtió que el Ejército ucraniano «está preparado para una posible intervención de las tropas rusas en Moldavia». La OTAN ha dado la razón a Zelenski en esta cuestión.