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Dom, May

Los mini partidos y los que obtuvieron su registro

Opinión
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En este proceso electoral 2021 los mini partidos y de aquellos que por un golpe de suerte adquirieron su registro como instituto político, buscarán mediante el engaño que serán una fuerza real y que inclinarán la balanza de aquellos que podrían ganar la contienda electoral. Sin embargo, esos mini partidos y de los que adquirieron su registro, no son más un espacio de reciclaje, donde muchos actores desconocidos y otros amigos de caciques de la política, podrían encontrar una oportunidad para poder llegar –mediante arreglo o acuerdo político- un cargo de elección popular. 

 

No es necesario hablar de ellos con nombre y apellido, pues la gente ya sabe de quién se trata. Son los que mediante las llamadas alianzas, se toman de la mano para simular que hay una unión de masas, cuando en realidad son pequeños partidos que –nunca han crecido- sino que rentan su militancia, para hacer el caldo gordo a los partidos tradicionales que han caído en el descrédito.

Muchos se preguntan cómo y quiénes financian a esos institutos políticos que salen de la nada para erigirse como fuerzas políticas capaz de inclinar la balanza electoral, cuando en realidad, son apenas un puñado de gentes que con mucho esfuerzo lograron sus asambleas para poder obtener su registro.

Sin duda, son los más ruido van hacer, para crear nuevas expectativas, para enviar un mensaje de frescura y de gente nueva que podrían ser promesas en la política desgastada en la entidad. Sin embargo, sirve también para reciclar a personajes que ya fueron historia, pero no precisamente por haber aportado algo al tema de la democracia. 

Muchos de los que forman parte del consejo ejecutivo de los mini partidos y de los nuevos con registro, son aquellos que alguna vez sirvieron de esclavos de los magnates que tienen la capacidad de comprar franquicias de partidos que vivieron su momento, pero que ahora forman parte de una historia de tristeza. 

Con un nuevo discurso, de que “Somos la nueva opción”, “Nueva forma de hacer política”, “Somos diferentes, nosotros no venimos a robar sino a servir a la gente”, forman parte del slogan de los que intentan convencer a la gente fastidiada de tanto bandido que ha llegado a la política como una forma de salir de su pobreza, la de sus familias, amigos y compadres.

Aplicando una lógica, podríamos decir que si los partidos tradicionales que alguna vez representaron una fuerza política, ahora son solo cadáveres vivientes rechazados por una sociedad asqueada de tantas mentiras. Entonces ¿Por qué se erigen como los nuevos mesías que podrían inclinar la balanza? ¿No será que mediante las alianzas busque no perder su registro y con ellos las prerrogativas?

Esos mini partidos, son como pequeños satélites que al ser tomados en cuenta por su participación en los procesos electorales, se ganan el llamado –premio de consolación- que a su vez, representan engañosamente los equilibrios de fuerzas políticas representadas en un sistema de gobierno.  Habría que ver que financiar a los paleros de la política convertidos en partidos satélites en la conformación de alianzas, no es más que una simulación en una democrática anacrónica que intenta engañar a un pueblo.