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Dom, May

BAJO FUEGO / La dama y el presidente /José Antonio Rivera Rosales

Opinión
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Con el arribo de Claudia Sheinbaum a la candidatura morenista para la presidencia de la república, los escenarios que pintan para Guerrero son en definitiva muy prometedores. Esperemos que la realidad no nos desmienta. La elección de la doctora Sheinbaum, el informe presidencial en Campeche y la reciente visita a Guerrero del presidente López Obrador son los tres acontecimientos de mayor perspectiva para el futuro de los guerrerenses, todo ello en función de la gestión de la gobernadora Evelyn Salgado, que actúa como un enlace multimodal.

Vista en retrospectiva, la reciente visita a Guerrero del presidente Andrés Manuel López

Obrador se significó como un acto enteramente político de apoyo a la mandataria local, a

la que en todo momento refrendó un respaldo absoluto.

En el lenguaje coloquial que lo caracteriza, durante los primeros momentos de su visita

López Obrador expresó públicamente: “Evelyn es una muy buena gobernadora, se

rayaron”.

Visto de esta manera, fue un apoyo irrestricto, puro y duro, que se manifestó a lo largo

de los tres días de su gira por Guerrero.

Pero más significativo quizá fue el lenguaje corporal del gobernante. Durante esos días a

López Obrador se le miró con un rostro relajado y fresco, con una sonrisa a flor de piel y

con movimientos descansados. Fue claro que su visita fue para darle respaldo político a la

gobernadora guerrerense, más que otra cosa.

Igual ocurrió durante su informe de gobierno, en Campeche, donde se mostró afable y

hasta divertido, en cuyo contexto le dio un trato cálido a la guerrerense pese a estar

rodeado de gobernadores de todo el país.

Ni duda cabe que Evelyn Salgado se ha ganado la cordialidad y el respeto del gobierno

federal debido a su dedicación para resolver los múltiples problemas de Guerrero,

especialmente los que se refieren a la demanda social en temas de atención a la salud, la

seguridad personal de mujeres y niñas, y la conectividad entre los pueblos originarios.

Queda pendiente un combate más efectivo a la inseguridad, donde aún se manifiestan

fallas graves que derivan de la precariedad oficial en la prevención del delito -tarea que

compete a los municipios, especialmente en los casos de Chilpancingo y Acapulco-.

Aunque hay todavía muchas carencias en la atención de los graves y ancestrales

problemas de Guerrero, en los dos años que ya lleva en el cargo Evelyn ha priorizado un

enfoque humanista como no había ocurrido en administraciones anteriores, en las que

primó una conducta oficial de soliloquio del gobernador en turno, distante de la

comunidad guerrerense, a la que se mantuvo siempre alejada con vallas y guaruras.

 

El gobernante en turno con frecuencia atendía a los sectores más pudientes de la

sociedad guerrerense -con el pretexto de la generación de empleos-, lo que los

distanciaba de las comunidades pobres que son una irrefutable mayoría de guerrerenses -

hay más de seis mil comunidades dispersas por todo el estado de Guerrero, lo que en

definitiva obstaculiza la atención oficial, cuando la hay-.

Con Evelyn esa arrogancia oficial del pasado está en vías de erradicación desde el

momento en que la joven gobernante se ha enfocado, a partir de que asumió su mandato,

en atender precisamente a los sectores más marginados de la población de Guerrero,

especialmente los pueblos originarios y, por encima de todo, a las mujeres y las niñas en

condiciones de indefensión.

En ocasión de la visita del mandatario nacional, fue posible conocer algunas cifras de lo

logrado por la gobernadora en estos dos años de gestión: se aplican en Guerrero 36

programas federales y 55 subprogramas que han beneficiado a un millón cien mil

guerrerenses -es decir, a la tercera parte de la población total, que asciende a 3.5 millones

de personas-.

Conforme a estimaciones del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo

Social (CONEVAL), que ha monitoreado el impacto de las políticas públicas del gobierno

morenista, esas acciones gubernamentales han permitido rescatar de la pobreza a cerca

de 190 mil guerrerenses, lo que no había ocurrido en el pasado reciente.

Esos avances, que antes se otorgaban a cuentagotas -particularmente en las zonas

abruptas-, han permitido logros significativos gracias a la inversión en programas sociales,

caminos artesanales -donde se utiliza la mano de obra local-, infraestructura médica y

atención hospitalaria como nunca antes se había hecho.

Mención aparte merece la atención adicional a la salud pública que ha comenzado a

ofrecer el programa IMSS-Bienestar, que en Guerrero abarcará a 42 hospitales y 983

centros de salud, lo que aumentará la cobertura universal de salud en beneficio de un

universo de población abierta que antes carecía de ese servicio.

La visita presidencial constituyó el marco perfecto para la firma del Convenio IMSS-

Bienestar con el gobierno de Guerrero, donde según información oficial ya se han

invertido unos mil 250 millones de pesos en la adquisición de 16 mil 720 equipos médicos

como tomógrafos, rayos X, resonancias magnéticas y hagiógrafos, tecnología médica de

primera generación que se destinará a la atención de decenas de miles de guerrerenses

pobres. Sin contar con la construcción del nuevo hospital de Tlapa y del hospital de tercer

nivel que se construirá en Acapulco. Ambos nosocomios estarán terminados para el año

que viene.

En entregas anteriores hemos señalado los graves problemas de seguridad que enfrenta

la población guerrerense, pero también es muy propio dar a conocer buenas noticias en

materia de atención a la demanda social, especialmente para las familias pobres.

La atención a la salud y a las condiciones de vida de las mujeres guerrerenses, en el

marco del plan de una vida libre de violencia, comenzó a mostrar sus primeros avances.

Esperemos que los próximos años de su gestión la gobernadora Evelyn Salgado obtenga

logros firmes en beneficio de las mujeres guerrerenses.

 

Es por eso que la gran esperanza reside en el probable triunfo de Claudia Sheinbaum,

con la que la mandataria local mantiene una relación inmejorable de amistad. Esperemos

que esos lazos fructifiquen en beneficio de los 3.5 millones de guerrerenses, pobres en su

inmensa mayoría. Es un pendiente histórico. Esperemos que Evelyn lo logre.