05
Dom, May

Epicentro / Claudio Vargas / El falso pensamiento de izquierda

Opinión
Typography

Cuando la ideología de izquierda se lleva de los dientes para afuera; puede más un cargo que una lucha. Abandonaron la llamada Cuarta Transformación y se fueron porque no les dieron nada. En Acapulco, aquellos que se desgarraban las vestiduras en apoyo al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador y hablaban mucho de la llamada Cuarta Transformación  del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena)pero se fueron del proyecto de nación, tan pronto como supieron que ya no había cargos para ellos. 

 

Son dos hombres que se decían de pensamiento de izquierda, Javier Solorio Almazán y Alain Rodríguez, que ambos abandonaron el pensamiento de la 4T para irse con los candidatos de la alianza del PRI-PRD de ser síndico uno y regidor el otro, pasaron a ser matraqueros.

“No nos vamos de Morena”, solo vamos a apoyar a los candidatos del PRI porque en Morena fuimos excluidos, habrían dicho a su paso por la zonas donde antes la gente los miraba hablando de la Cuarta Transformación. Ambos se excusan, pero al mismo tiempo echan porras a los candidatos de la alianza del PRI-PRD. 

 

Aunque en ambos casos, sostienen que no fueron tomados en cuenta en las candidaturas del proceso electoral 2021 y ante este hecho, hicieron el berrinche y se fueron con los de enfrente.

Es cierto que todo ciudadano, tiene el legítimo derecho de tomar el rumbo que quiera e irse con el partido que guste, sin embargo, llama la atención el caso de estos dos personajes, que son de reciente creación. El primero el síndico Javier Solorio, había iniciado antes su lucha con Morena, aunque buscaba ser alcalde de Acapulco, no pudo lograrlo, porque salió bola negra y por género fue mujer. La maestra Adela Román Ocampo, fue designada como candidata a la presidencia en este municipio y tras levantarle la mano AMLO en un evento masivo en el zócalo, llegó al poder. No le fue tan mal, porque en la negociación, se quedó con una sindicatura. En ese mismo proceso Alain Rodríguez, llegó al ayuntamiento como regidor.

 

Al iniciar los procesos internos de selección de candidatos en Morena, Javier Solorio, volvió a soñar con ser alcalde de Acapulco. Pero olvidó que para poder ser un  buen líder hay que tener oficio político, que no es lo mismo que hacer una cirugía reconstructiva. El síndico empezó atacar a la presidenta de su mismo partido, se olvidó que al pegarle a la alcaldesa le pegaba a su marca y en consecuencia a los ideales de Morena. Cómo alguien que -por la pugna de poder, lastima la imagen del partido que lo llevó al cargo- pensar que los dirigentes lo iban a impulsar a proyectos futuros, solamente él.

Para desgracia del ex síndico Javier Solorio, hacer política barata con el grupo  político –ya desfragmentado- de Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, el hombre que hizo pedazos al partido con la “guerra sucia en contra de Félix Salgado Macedonio”, se quedó con el sueño, porque no pudo lograr su objetivo. 

Su jefe político cayó en la desgracia y en el descrédito de la gente y militancia de Morena, y los abandonó a su suerte.  Muchos como el ex regidor Alain Rodríguez y Solorio Almazán, molestos porque no les dieron nada, hicieron la rabieta y se fueron con el PRI-PRD.

 

Ahora, desde la matraca, atacan a los candidatos de Morena, cuando ellos eran parte de ese proyecto político de la Cuarta Transformación.  Como regidor Alain Rodríguez y el ex síndico Javier Solorio, nunca se bajaron el salario como lo había pedido el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y menos sirvieron a los sectores pobres del municipio.

Ambos, hicieron política de bajo nivel, que no les alcanzó para construir un capital político, capaz de llevarlos a una candidatura en este proceso electoral 2021. Ahora en medio de esta desgracia, estos dos personajes que “comulgan con el pensamiento de izquierda de los dientes para afuera”, son los que golpetean a Morena. La lucha, ha quedado atrás, ahora son las ambiciones personales los que a ambos los lleva a trabajar como matraqueros en los proyectos del PRI-PRD. 

 

 Nadie los condenaría, si no fuera porque daban el corazón por Morena y AMLO. Ahora como muchos otros, resentidos porque no fueron tomados en cuenta en Morena, donde es importante señalar que “tampoco hubo transparencia ni democracia en su proceso interno-, abandonaron el barco, afirmando que “no se van de Morena, solo apoyan proyectos de la persona de otros partidos y luego que termine la contienda, dependiente lo que les lleguen a dar, se regresan al partido.

 

Con el respeto que se merecen, ambos personajes, la historia los va juzgar. Ellos saben que el pensamiento de izquierda no se lleva solo en la mente, sino en el corazón y que aunque “suponiendo sin conceder”, que en Morena no los tomaron en cuenta porque el pastel es chico, nunca debieron irse del Movimiento y bajo sus ideales –si es los tienen- quedarse a dar la batalla al interior del partido.

Es vergonzoso, ver cómo los mira la gente. A los dos, a distancia cuando llegan a sonar la matraca en la campaña de la alianza, lo primero que la gente comenta es: “ pobres, mira en qué vinieron a parar”, lo que es la política, verdad”. Caray, quién los viera a los morenos aplaudiendo como focas a los candidatos del PRI.   Ese par no tiene vergüenza. 

 

Apapachados por los de enfrente, Javier Solorio y Alain Rodríguez, son utilizados como instrumentos de golpeteo contra Morena, el movimiento que los trajo a la luz de la política y les dio los cargo que hasta hace unos meses ostentaban. Queda claro que ser de izquierda va más allá a una expresión de dientes para afuera. Es más que una bandera que sostiene con un cargo de elección popular, es y debe ser una ideología arraigada en el corazón del hombre, que pese a no tener poder, sigue luchando hasta alcanzar su objetivo, no importa si no es de forma inmediata, pues demuestra que hacer política y trabajar por el proyecto de nación, tiene otra connotación y no tiene que ver con cargos de elección popular sino de empujar  un cambio en este país, el estado y el municipio.