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Vie, May

El día en que le arrancó el dedo de una mordida a mujer en pleito de banqueta en Acapulco; violencia de género para resolver conflictos

Policía
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Epicentro / Claudio Vargas / El incontenible coraje de dos mujeres 

La calurosa tarde del 3 de diciembre  del 2019, una mujer con discapacidad en dos de sus piernas, circulaba abordo de su silla de ruedas sobre  la banqueta de la calle Mina, en el centro de Acapulco; de pronto la minusválida se topa  de frente con carrito de comida que obstaculiza el libre tránsito y tiene problemas para pasar al otro lado.  Al no poder cruzar, por el estorbo, se molesta y de una forma fastidiada e reclama  a la propietaria del puesto y le dice con palabras obscenas que no debería estar ahí porque no permite que la gente camine libremente por ese lugar y la respuesta que obtiene de la dueña, fue de la misma forma, con enojo y también con un par de groserías.  De pronto, mientras el autor de esta columna, se disponía a comer unos tacos dorados, veo que siguen los insultos entre ambas mujeres y veo como una de ellas pide un cuchillo a su trabajadora para intimidar a señora de la silla de rueda que al ver la amenaza no le tiene miedo y le grita: “mátame pues , para que veas cómo vas a ir a la cárcel”. Ándale pues, mátame pues. De momento la señora del puesto de comida, se contiene y suelta el cuchillo aunque la llegó amagar con brazo arriba. Y Segundo después, se escucha cómo una mano abierta se estrella sobre el rostro de la mujer sin piernas sentada sobre su silla de ruedas.  Al sentir el golpe y la impotencia de no poder hacer mucho, se acerca como puede al puesto y con sus dos manos, empieza a tirar todo lo que encuentra a su alcance. Ante este hecho, que iba subiendo de nivel de coraje, rabia e insultos, entonces, es cuando la comerciante de comida, arremete contra la señora discapacitada y la empieza a  jalonear por la parte de atrás, sin ella pudiera defenderse pues estaba incrustada sobre la silla de dos ruedas  de bicicleta. A la distancia, mire claramente cómo la mujer del negocio de comida, le estaba a punto de voltearle la cabeza con sus dos manos, como intentando torcerle el cuello. En una de esas puso su mano sobre la boca de la minusválida, que al sentir que el aire le faltaba, de un moviendo brusco pero certero, con sus dientes  le cerceno la punta de uno de sus dedos, arrancándole literalmente la punta con todo y uña, desprendiéndole totalmente su extremidad. Al sentir el corte del dedo, la mujer la soltó y empezó a ver cómo brotaba chorros de sangre y escurría al suelo cochambroso de la banqueta. Al rededor de esta acción decenas de personas que esperan su turno en taxis colectivos observaban sin poder hacer nada al respecto. Tras el corte del dedo, la señora del puesto de comida, arremetió nuevamente contra la dispacitada y con mano ensangrentada la tiró al suelo entre la banqueta y un auto estacionado y se fue a un hospital de la zona para que le dieran atención médica. Pasaron los minutos de tensión, la mujer sin piernas permanecía en el suelo y toda su mercancía también. Algunos transeúntes se acomidieron a levantarla y acomoda las gomas de mascar y los cigarros que vendía en las calles. Cuando ya estaba sobre su silla de ruedas, se volvió acercar junto a donde yo estaba comiendo los tacos dorados.  Ahora, sigue con el coraje y la rabia, sin ningún miramiento, la mujer sin piernas, empieza a tirar por segunda vez la comida en recipiente de plástico que se encontraba sobre la mesa y que se usaba para prepara los llamados sopes o picadas.  E intentó también golpear con un amanita de plástico a la empleada de la dueña del negocio de origen  indígenas que se le salían los ojos del susto. Luego ella misma confesó, era la primera vez que vivía una experiencia de esa. Cuando el pleito continuaba en el puesto de comida,  y la mujer golpeada tirando cosas del puesto, de manera sorpresiva, apareció la dueña del carro de comida y fue entonces que se la llevó a la agresora de la silla de ruedas sobre la baqueta de la calle Melchor Ocampo y tras  unos metros la volvió a tirar al suelo en medio de dos autos estacionados. La gente observa pero no hace nada. No hasta que en el suelo, la comerciante ambulante, suplicaba que la ayudarán. La empotraron otra vez en su silla, mientras que la dueña del puesto se retiraba de la zona, para ya no regresar jamás. La empleada recibió una llamada telefónica, la instrucción era que levantara las cosas del negocio y cerrara. Mientras la trabajadora barría la banqueta del tiradero de comida, se encontró la punta del dedo de su patrona y la uña pegada al cuero.  Le avisó que había encontrado su dedo, con miedo, lo levantó y los guardó en una bolsa de plástico para luego retirarse del lugar. Estos hechos, fueron publicados en la página de Facebook, de Acapulco al Desnudo.com.  El autor de esta columna, jamás imaginó que este contenido de un pequeño texto, fotografías y videos, fuera alcanzar a tantas personas. El récord a unas horas de haberse subido a redes, alcanzó hasta las 8 de la noche de este día, 211 mil 580 personas alcanzadas y 136 mil 864 interacciones.