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Sáb, Abr

Honduras vive su peor crisis social a diez años del golpe de Estado

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Continúan las protestas para exigir la dimisión del actual presidente con un saldo de tres muertos hasta el momento

(ABC) Se cumple una década del golpe de Estado en Honduras contra Manuel Zelaya, el entonces presidente del país centroamericano. El 28 de junio de 2009,un grupo de soldados sacó al presidente a la fuerza de su residencia oficial y lo deportaron a Costa Rica, un levantamiento militar que se produjo debido a la intención de Zelaya –en el gobierno desde 2006– de celebrar una votación para evaluar la posibilidad de permitir la reelección presidencial, que entonces estaba prohibida.

Diez años después, Honduras vive una grave situación social con tintes similares a los meses anteriores al golpe de Estado. El país centroamericano ha registrado una serie de violentas protestas durante la última semana que han dejado tres muertos por el momento. Miles de hondureños han tomado las calles para expresar su descontento con el gobierno del presidente, Juan Orlando Hernández, para exigir una serie de mejoras sociales. Algunas carreteras han estado bloqueadas por neumáticos quemados y varios supermercados han sido asaltados por miedo a que se produjera una situación de desabastecimiento, debido a una huelga de transportistas.

Asimismo, un grupo miembros de una unidad especial de Policía conocida como TIGRES, sus siglas, estuvieron la semana pasada en huelga para exigir mejores condiciones laborales, una manifestación que fue violentamente reprimida por otras fuerzas del orden. Honduras es el segundo país con mayor índice de asesinatos del mundo, con 56,52 homicidios por cada 100.000 habitantes, de acuerdo con estimaciones de Naciones Unidas.

La vuelta de Manuel Zelaya

«A diez años del golpe de Estado nadie se rinde», dijo en su cuenta de Twitter Manuel Zelaya. Aliado del entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, el golpe contra Zelaya fue justificado por los militares debido a la intención del presidente de volver a participar en unas elecciones, un permiso que unos años después obtuvo Juan Orlando Hernández para poder presentarse de nuevo en 2017.

Tras el golpe de Estado, Honduras ha realizado elecciones en 2009, 2013 y 2017; y las tres han sido ganadas por el conservador Partido Nacional que dirige Hernández, quien ganó las de 2013 y 2017. Aunque la Constitución del país prohíbe la reelección, el mandatario obtuvo en 2015 el visto bueno de los tribunales para volver a presentarse a unos comicios que ganó por apenas 50.000 votos sobre el segundo más votado, Salvador Nasralla.

Zelaya volvió a Honduras en 2011 y creó el Partido Libertad y Refundación (Libre), que en las elecciones de 2017 apoyó a Nasralla en una coalición llamada Alianza de Oposición contra la Dictadura. El político de izquierda no ha podido volver a presentarse de nuevo a unas elecciones presidenciales. No obstante, es un actor políticamente activo en Honduras y es actualmente el principal líder de la oposición contra Hernández.

En sus cinco años de gobierno desde 2014, Hernández ha logrado reducir drásticamente la tasa de homicidios, al caer desde 86,47 en 2011 a rondar los 56,52 anteriormente citados. No obstante, Honduras continúa siendo uno de los países más peligrosos del mundo, una situación que obliga a miles de sus ciudadanos a lanzarse a emigrar cada año hacia Estados Unidos. Así, un estudio de Médicos Sin Fronteras estima que siete de cada diez emigrantes que cruzan México camino hacia Estados Unidos son hondureños. Aproximadamente 500.000 personas atraviesan México rumbo al norte cada año.