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Dom, Abr

El drama del vuelo 134 de Aviaco

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40 años de la tragedia del avión Madrid-Santander: el informe final

El 7 de diciembre de 1983, un avión de Aviaco con destino a Santander y otro de Iberia que se dirigía a Roma colisionaron en una de las pistas de despegue del aeropuerto de Barajas en medio de la niebla. Murieron 93 personas, entre ellas los 42 pasajeros que viajaban a Cantabria. El Diario Montañés rescata las conclusiones de la investigación.

Han pasado 40 años del accidente aéreo que golpeó Cantabria y convirtió el miércoles 7 de diciembre de 1983 en un fecha marcada en negro para la historia de la región. El DC-9 de la compañía Aviaco, que tenía que partir desde el aeropuerto de Barajas a primera hora de la mañana rumbo a Santander, nunca llegó a volar tras colisionar con otro avión en plena pista de despegue por un despiste del piloto debido a la intensa niebla que cubría las pistas. Todos los ocupantes del aparato con destino Parayas (42) murieron en el acto: 37 viajeros y cinco miembros de la tripulación. También fallecieron 50 viajeros y un miembro de la tripulación auxiliar del otro aparato implicado en el choque, un Boeing de Iberia con ruta Madrid-Roma. En total, 93 víctimas mortales de las 135 personas que viajaban entre ambos aviones.

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Reconstrucción del accidente en el entonces Aeropuerto de Barajas Mauricio PC

Avión de Iberia con destino Roma-Fiumicino

El miércoles 7 de diciembre de 1983 el vuelo 350 de Iberia, un Boeing 727, con matrícula EC-CFJ rodó por la pista 01 del aeropuerto Madrid-Barajas preparando el despegue hacia el aeropuerto de Roma-Fiumicino.

 

The Boeing Company es una empresa multinacional estadounidense dedicada a la industria

aeroespacial y de defensa fundada en 1916

Modelo 727

Es un avión trimotor a reacción de tamaño medio construido por Boeing desde 1963 hasta 1984.

Fue el modelo más vendido hasta la década de 1980, con un total de 1831 aviones entregados

3,76 m

32,90 m

10,30 m

46,70 m

Tripulación y pasaje

51 fallecidos de 93 ocupantes

Salidas de

emergencia

Tripulación: 9

Fallecidos: 1

Pasajeros: 84

Fallecidos: 51

El suceso sacudió y dejó sumida en una gran conmoción a la población cántabra tras el que fue catalogado en las páginas de este periódico como «el accidente más grave de la historia de Barajas» hasta ese momento, todavía con la sombra del siniestro del vuelo 11 de Avianca (París-Madrid), el cual se estrelló apenas diez días antes en Mejorada del Campo, a 12 kilómetros del aeropuerto madrileño y dejó 181 fallecidos. Entre las víctimas del Aviaco, nombres y apellidos de familias muy reconocidas en Cantabria y en el mundo empresarial de los años ochenta, una década en la que el uso del avión como medio de transporte estaba mucho menos democratizado. Cuatro décadas después, El Diario Montañés reconstruye la crónica de esa mañana de diciembre que acabó en tragedia.

Madrid amaneció con los coches repletos de escarcha y con el cielo encapotado tras una gélida noche de invierno. La temperatura rozaba los cero grados y una profunda y espesa niebla cubría toda la ciudad. La baja visibilidad en Barajas obligaba a frustrar varios intentos de aterrizaje a primera hora y, alrededor de las ocho de la mañana, la actividad en el aeropuerto se limitaba a despegues en la pista 01 debido a unas condiciones meteoreológicas «bajo mínimos», según explica el informe oficial de la comisión investigadora a través del que se han desgranado todos los aspectos técnicos de lo ocurrido. Precisamente por esa intensa bruma, el avión McDonnell Douglas DC-9 matrícula EC-CGS con destino Santander operaba con 33 minutos de retraso. Más allá de esa pequeña demora, todo marchaba en orden.


Avión de Aviaco con destino Santander

El 7 de diciembre de 1983 el vuelo 134 de Aviaco, un McDonnell Douglas DC-9 matrícula

EC-CGS con destino Santander, dio un giro equivocado debido a la falta de visibilidad por

la niebla y el avión invadió la pista 01, en la que iba a despegar el otro avión

FRANCIA

Santander

PORTUGAL

Madrid

ARGELIA

MARRUECOS

Fue una constructora estadounidense fabricante aeroespacial y contratista de defensa

fundada en 1967. En 1996 fue adquirida por Boeing

Modelo DC9

Es un avión de pasajeros bimotor de corto y medio alcance

que se fabricó desde 1965 hasta 1982

27,30 m

8,38 m

31,80 m

Tripulación y pasaje

42 fallecidos de 42 ocupantes

Salidas de

emergencias

Tripulación: 5

Fallecidos: 5

Pasajeros: 37

Fallecidos: 37

El reloj marca las ocho y media de la mañana en punto cuando el vuelo 134 de Aviaco con destino a la capital cántabra y 42 pasajeros a bordo recibe la autorización para poner en marcha las turbinas. Tres minutos después tiene el permiso para dirigirse al punto de espera de despegue en la cabecera de la pista 01 por la rodadura exterior. El comandante informa de que va a salir del aparcamiento al tiempo que el controlador de Rodadura le solicita aviso cuando entre en el tramo de rodadura conocido como Oscar Cinco. El piloto responde: «De acuerdo, llamaré». Pero el comandante, Augusto Almoguera (con 13.442 horas de vuelo), se desorienta por la niebla, gira por error por el tramo denominado J-1, y se adentra de forma repentina y en dirección contraria en la pista de despegue 01/19, por la que un Boeing 727 de Iberia, con destino Roma y 93 pasajeros a bordo, iniciaba la carrera de despegue a una velocidad de entre 250 y 300 kilómetros por hora. El avión de Iberia intenta remontar el vuelo una vez su comandante, Carlos López Barranco (con 8.860 horas de vuelo), ve aparecer de frente al aparato de Aviaco en la pista, pero no lo consigue. El impacto es inminente a las 08.39:29 horas.

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El informe oficial del Ministerio de Transportes recoge que tras la «incursión inadvertida» en la pista 01/19, el DC-9 de Aviaco sigue por ella hacia la cabecera 01 hasta que recibe una comunicación de Rodadura preguntando por su posición. Justo en ese momento, el piloto inicia un giro a la derecha dentro de la pista, de unos 19 segundos, prácticamente el tiempo que dura la transmisión de la aeronave, e inmediatamente después se produce la colisión con el avión de Iberia, el cual había iniciado la carrera de despegue apenas unos segundos antes tras recibir la autorización a las 08.38.32 horas.

A las 08.39.08 horas, 21 segundos antes del choque frontal entre los dos aviones, se producen las siguientes comunicaciones entre la tripulación del DC-9 y la torre de control, donde quedan patentes las dudas del piloto del aparato con destino a Santander sobre la posición en la que se encontraba:

Imagen principal - Conversación entre la torre y el Aviaco
08.39 horas
Conversación entre la torre y el Aviaco
08.39.08 TWR/A0-134: Aviaco Uno tres cuatro, ¿me da posición?

08.39.10 A0-134/ TWR: Mire, en tierra no se ven las indicaciones del Oscar Cinco, estamos rodando con rumbo cero, con rumbo cero diez y nueve, con rumbo ciento noventa perdón y aparentemente entramos en tramo.

Unos segundos después de la transmisión, se produce el violento choque.

Se dio la fatal coincidencia de que el viraje de 45 grados que realizó el piloto del Aviaco DC-9 para meterse en la pista errónea fueron los mismos grados que habrían hecho falta para encarrilarse en el tramo correcto. La pista 01 de despegue y la de rodaje eran paralelas, el rumbo también era el mismo, por lo que el piloto pensó en todo momento que iba bien. Ese extraño giro hacia la derecha da lugar a que el DC-9 esté ladeado cuando se produce el choque de su plano izquierdo con el fuselaje (cuerpo central del avión) del Iberia, inmerso en plena carrera de despegue y con el morro ya levantado para volar hacia Roma. El informe técnico deduce que «el comandante dio prioridad a una maniobra que consideraba le sacaría de la situación -en referencia al giro hacia la derecha- en que se encontraba al comunicar que podía estar en la pista de vuelo, esperando para precisar que el copiloto terminase la transmisión que estaba realizando».

El piloto no fue consciente de su error, pero en la torre de control tampoco sospechaban la tragedia que acababa de suceder en plena pista de despegue. De hecho, los controladores de rodadura, coordinación y de la torre pensaron tras escuchar el estruendo que el Iberia 727 con destino Roma había reventado una de sus ruedas y que el Aviaco DC-9 seguía su trayecto por la pista de rodadura correcta. Así lo muestran las comunicaciones internas:

Imagen principal - Conversación interna entre los controladores
08.39 horas
Conversación interna entre los controladores
08.39:31 Controlador de Coordinación: ¿Qué ha sido eso?

08.39:34 Controlador de Rodadura: Pues un tío que ha abortado despegue por un reventón de neumáticos

08.39:36 Sí

08.38:38 Controlador de Torre: Tres cinco cero

08.39:40 Controlador de Rodadura: No le digas nada hasta que diga algo.

El informe determina que la frase «¿Qué ha sido eso?» es la reacción a la percepción del ruido por la colisión

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Las pistas de Barajas, hoy
Las ampliaciones del aeropuerto comienzan en los 80 con el aumento de tráfico debido a la liberación del mercado aéreo. En la década del 2.000 se desarrolla el Plan Barajas. Se construyen nuevas pistas y terminales.

Las pistas en 1983
El aeropuerto está en plena transformación. La pintura de las pistas de rodadura no está diferenciada de las principales y la señalización luminosa es deficente. Diez días antes un vuelo de Avianca se estrelló en Mejorada del Campo, con 181 muertos.

La causa
Las condiciones de visibilidad debidas a la niebla impidieron al DC-9 tener referencias para llegar a la cabecera de la pista 01. En el control no se disponía de un radar de tierra, que hubiera evitado el accidente.

El vuelo 134 de Aviaco
El DC-9 es autorizado a proceder al punto de espera de la pista 01 por la rodadura exterior. Tiene una demora de 33 minutos por la niebla. Debido a la poca visibilidad, la aeronave gira por la calle de rodadura J-1, y entra en la pista 01/19.

El vuelo 350 de Iberia
Tras ser autorizado por la torre de control, el Boeing 727 comienza la carrera de despegue y alcanza la velocidad de rotación. Justo cuando comienza a levantar el morro, parte del fuselaje colisiona con el DC-9.

La colisión de los aviones
El accidente se produce debido a la incursión inadvertida del DC-9 en la pista 01/19 cuando el Boeing 727 inicia el despegue. Ambos aviones quedan destruidos debido al impacto y posterior incendio.

El aparato con ruta Madrid-Santander ardió y quedó totalmente desintegrado por el incendio instantáneo y las posteriores explosiones. Tenía a bordo 5.600 kilos de combustible. Todos los pasajeros que viajaban hacia Parayas, 42, murieron en el acto con «grandes traumatismos». Por su parte, el avión a punto de despegar hacia Roma perdió toda su parte izquierda y se arrastró por la pista unos 460 metros hasta detenerse totalmente. Como consecuencia del impacto y el combustible derramado (llevaba 14.200 kilos a bordo) se desató un incendio que calcinó la aeronave. En el avión con destino Roma sí hubo supervivientes (34 pasajeros y 8 miembros de la tripulación), mientras que 51 personas murieron. Según el informe, cinco pasajeros fallecieron al instante por el impacto y el resto de víctimas perdió la vida tras no poder alcanzar las salidas. Ese último movimiento del comandante del Boeing-727 para apartarse cuando vio aparecer al Aviaco es el que permitió que hubiera supervivientes en el Iberia con destino Roma, incluidos el capitán, el copiloto y el ingeniero de vuelo. El comandante piloto, López Barranco, no paraba de repetir «yo tenía pista, yo tenía pista» cuando fue rescatado y mientras era trasladado en camilla a un centro hospitalario.