27
Sáb, Abr

Trump llega a Nueva York para entregarse a la justicia

Mundo
Typography

Calma tensa ante la puesta a disposición judicial del expresidente de EE.UU.

(ABC).- La víspera de la entrega de Donald Trump ante la Justicia es un día de esos en los que la primavera de Nueva York quiere olvidar ya el invierno. Cielo azul, sol cegador y una brisa que recuerda que el frío no se ha marchado del todo. Normalidad en las calles de Manhattan. El autobús que suspira, los niños al colegio, el temblor del metro, oficinistas a lo suyo, gritos entre los repartidores.

La rutina se rompe, como era de esperar, en las inmediaciones de la Torre Trump, en la Quinta Avenida. Aquí llegó a media tarde el expresidente de EE.UU., el primero de la historia en enfrentarse a una imputación, a una acusación de un delito.


Despegó un par de horas antes con su avión privado, el mismo Boeing 757 azul marino y con su nombre en grandes letras doradas, desde Florida. Las mismas letras y el mismo dorado en la puerta del más querido de sus rascacielos, donde tiene su residencia neoyorquina y donde preparará con sus abogados y su equipo los últimos detalles para su comparecencia ante el juez.

NOTICIA RELACIONADA
Trump puede alargar su procesamiento hasta mezclar un posible juicio con la campaña 2024
Trump puede alargar su procesamiento hasta mezclar un posible juicio con la campaña 2024
JAVIER ANSORENA
El expresidente, experto en hacer embarrar investigaciones y acciones legales, podría buscar alargar el proceso para que su eventual juicio coincida con otro juicio, el de los votantes

El circo esperado le recibe. Un fuerte dispositivo policial cerca el edificio. Algunos seguidores muestran banderas con su nombre, inmortalizados por un enjambre de fotógrafos. Hay más turistas -encantados de asistir a un momento histórico de casualidad y sin que les rajen la cartera como en el resto de atracciones neoyorquinas- que 'trumpistas', y más prensa que turistas. «Lock him up!» ('¡A la cárcel!), grita un espontáneo contrario Trump. El célebre 'Naked Cowboy', el cantante de 'country' que viste calzoncillo, botas y sombrero, se ha venido desde el cercano Times Square para serenar al multimillonario, del que se declara fan.

«Caza de brujas»
Desde aquí, Trump se dirigirá hoy a primera hora de la tarde hacia el sur de Manhattan, hacia la zona de los juzgados. En concreto al número 100 de la calle Centre, donde está el tribunal de lo penal del estado de Nueva York, un mamotreto 'art-deco' que también acoge la oficina del fiscal del distrito de Manhattan, Alvin Bragg.

Bragg es quien ha concentrado los ataques de Trump por lo que él considera un nuevo episodio de una «caza de brujas» -«psicópata degenerado que odia de verdad a EE.UU.», «racista», le ha llamado- y ahora se tendrá que ver las caras con él. También con el juez que supervisa su caso, Juan Merchan, que ya estuvo al frente del juicio reciente en el que se condenó a la empresa del expresidente, la Trump Organization. «Me odia», ha dicho.

Se sabe que Trump llegará al edificio hacia la una o dos de la tarde -siete u ocho de la tarde en España-, que estará protegido por su escolta del Servicio Secreto y que se le tomarán las huellas dactilares. Es posible que se le tome también una foto de registro policial. Es improbable que le pongan esposas, como es habitual con los acusados de delitos.

Después comparecerá ante el juez Merchan. Si no hay filtraciones previas, se conocerán por fin con detalle las acusaciones contra el expresidente. Se sabe que están relacionadas con el pago realizado poco antes de las elecciones de 2016 para comprar el silencio de una actriz porno que aseguraba haber mantenido una relación extramatrimonial con Trump.

Del resto se sabe poco. En la víspera, la defensa de Trump solicitó al juez que no hubiera cámaras en la lectura de cargos, después de que varias televisiones estadounidenses lo solicitaran. Aseguraban que contribuye a la «atmósfera de circo» y que no se compadece con la presunción de inocencia de la que goza el acusado.

Trump, impredecible
Pero lo más impredecible es el propio Trump. ¿Buscará una foto que le impulse todavía más en las encuestas? ¿Dirá unas palabras a la salida del juzgado? La Policía cercará los alrededores de los juzgados, una zona que en la víspera vive la calma tensa que domina las horas previas a esta fecha histórica.

La acera frente al edifico está tomada por las cámaras de las televisiones, con sus carpas montadas desde hace dos semanas, cuando Trump prometió, de forma equivocada, que iba a ser arrestado.

Aquí el número de agentes rivaliza con el de periodistas. Y hay muchos más listos por si algo ocurriera: los 35.000 policías de Nueva York están de guardia para el caso de incidentes. Nadie espera nada similar, ni de cerca, a lo que ocurrió en el Capitolio el 6 de enero de 2021. Trump no ha llamado a una protesta específica, no hay «amenazas creíbles» dice la policía, hay poco movimiento en los foros radicales de internet.

«Pero yo mañana por aquí no vengo», asegura Sal Spano, abogado penalista, que acaba de salir de los juzgados de asistir a un cliente. «Me preocupa lo que pueda pasar. Si mañana tuviera una citación, pediría al juez un retraso».

«¡Que le jodan a Trump!», grita alguien que pasa y rompe la tranquilidad de la plaza donde se acumula la prensa. Hoy, antes de que comparezca Trump, habrá más agitación: Marjorie Taylor Greene, diputada del ala radical republicana, 'trumpista' acérrima ha convocado aquí un mitin.

Trump tiene previsto hablar por la noche, ya imputado, ya liberado sin fianza, de vuelta en Florida. Nueva York y EE.UU. se abrochan los cinturones.