La ONU ha documentado hasta el 3 de junio, 124 casos de violencia sexual -97 contra mujeres y niñas, 19 contra hombres, siete contra niños y uno de género desconocido-
El Consejo de Seguridad de la ONU ha celebrado este lunes una sesión centrada en la violencia sexual en Ucrania, ante crecientes alegaciones de violaciones y abusos por parte de las tropas rusas contra civiles ucranianos.
«Desde que Rusia inició su invasión ilegal y sin motivo de Ucrania, la montaña de informaciones creíbles sobre atrocidades cometidas por las fuerzas rusas contra civiles crece cada día», denunció la embajadora de EE.UU. ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield. «Estas informaciones incluyen casos horripilantes de violencia sexual. Cada vez más alegaciones tratan de soldados rusos abusando sexualmente de mujeres y niñas, así como de hombres y niños».
En la sesión participó Pramila Patten, la representante especial de la ONU para violencia sexual en conflictos, que aseguró que la violencia sexual durante la guerra, en especial contra mujeres y niñas, es predominante y apenas se denuncia, y que la crisis humanitaria que sufre Ucrania se está convirtiendo también en una «crisis de tráfico de personas».
Pratten criticó que hay una gran brecha entre las resoluciones internacionales que buscan prevenir esas agresiones sexuales en conflicto y la realidad en el terreno, donde los abusos se multiplican.
La ONU ha documentado hasta el 3 de junio, 124 casos de violencia sexual -97 contra mujeres y niñas, 19 contra hombres, siete contra niños y uno de género desconocido-, pero Pratten reconoció que esto es solo «la punta del iceberg» y que estas alegaciones son siempre «las que de forma constante y masiva pasan sin denunciarse».
Táctica de tortura, terror y represión
También intervino ante la ONU Natalia Karbowska, representante del Fondo de Ucrania para las Mujeres, una organización con apoyo de ONU Mujeres y de varias entidades y gobiernos occidentales. Karbowska denunció que «Rusia está utilizando la violencia sexual y las violaciones como una forma de terror para controlar a los civiles en los territorios ocupados». Según aseguró la semana pasada el presidente de Ucrania, Rusia y sus aliados separatistas controla una quinta parte del territorio del país.
El embajador de Rusia, Vasili Nebenzia, al igual que en ocasiones anteriores, negó todas las acusaciones sobre maltrato a civiles: aseguró que no había ninguna prueba y defendió que eran solo mentiras y que el ejército ruso sigue reglas estrictas en el tratamiento de civiles.
«Estos crímenes deben ser castigados y lo serán», dijo el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en la reunión. «Para que los responsables sean juzgados, necesitamos pruebas y estamos ayudando a recoger las evidencias de esos crímenes», añadió el representante europeo, que acusó a Rusia de practicar una «táctica de tortura, terror y represión».
Como protesta ante estas palabras, Nebenzia abandonó la sesión. «Puede salir de la sala, quizá no es fácil escuchar la verdad», le espetó Michel mientras el embajador se encaminaba hacia la puerta.
Michel también acusó a Rusia de «utilizar los suministros de comida como un misil invisible contra los países en desarrollo» y le acusó de ser «la única responsable» de la crisis alimentaria que vive el planeta.