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'Espectros', la «cloaca abierta» de Henrik Ibsen

Ciencia y tecnología
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La obra, que fue un escándalo cuando se estrenó en 1881, se presenta en el Teatro Español adaptada, dirigida y protagonizada por María Fernández Ache

(ABC).- ¿Qué hubiera pasado si Nora, la protagonista de 'Casa de muñecas', se hubiera quedado en su casa y hubiera seguido con su vida, en lugar de dar el portazo más célebre de la historia del teatro universal? Henrik Ibsen, su autor, trató de contestar a esta pregunta en 'Espectros' una obra escrita en 1881, dos años después de aquella.

Pero si 'Casa de muñecas' supuso un escándalo que incluso llevó al autor a plantearse cambiar el final -en Alemania tuvo que hacerlo-, no lo fue menos 'Espectros', de la que se dijo que era «una cloaca abierta» y que llegó a estar prohibida. «Nunca antes se habían diseccionado y atacado tan abiertamente los principios y fundamentos de la estructura patriarcal: la familia, con el hombre a la cabeza, ha de ser preservada a toda costa; la reputación, protegida a sangre y fuego», dice María Fernández Ache, la directora y protagonista de la producción de 'Espectros' que estará en la Sala Margarita Xirgu del Teatro Español desde el viernes 27 hasta el 5 de marzo. Junto a Fernández Ache componen el reparto Javier Albalá, Carla Díaz, Manuel Morón y Andrés Picazo.

Una frase de Simone de Beavoir -«El opresor no sería tan poderoso si no tuviera cómplices entre las víctimas»- ha inspirado la adaptación de María Fernández Ache, que interpreta a Helena Alvin. «Al no marcharse, se convierte en cómplice de su opresor», dice. «Su grandeza es que lo reconoce; su despertar. Se equivoca porque su autoinmolación contribuye a mantener la situación».

Cree la actriz y directora que aunque se ha avanzado mucho en la igualdad, hay todavía mujeres oprimidas y cómplices, y hay que hablar de ellas. «El mundo patriarcal es hoy más sofisticado, más sutil, pero existe. ¿Cuántas mujeres dejan sus vidas por seguir a sus maridos?», asegura, respirando por la herida, ya que, confiesa, ella misma lo hizo.

«No me interesa el teatro arqueológico -añade-; la obra hoy no produciría escándalo, por eso he querido afilar la hoja y espero que haya gente que se sienta perturbada por la función». Ha tratado de ser, claro, «fiel a Ibsen, y de respetar lo que quiso decir». 'Espectros' es, concluye, una tragedia, «una especie de Sófocles moderno».