La cantante aseguró que se operó para quitarse los complejos que le creó la sociedad
«En agosto me operé y me quité el 95% de mis biopolímeros... Son inyecciones en el culo. Fue un proceso realmente loco», confesó el pasado miércoles Cardi B (30 años) a sus 140 millones seguidores en Instagram a través de un vídeo en directo.
Una confesión que ha sorprendido sobremanera, pues uno de los rasgos que más la caracterizan es su voluminoso trasero completamente tatuado.
Al parecer, cuando era joven y la cantante comenzó a trabajar en el mundo del espectáculo, se avergonzaba de su cuerpo por ser delgada y se sintió presionada para tener curvas más grandes: «Cuando tenía 20 años, empecé a trabajar en un club de striptease urbano y ahí tenías que tener un culo grande. Me sentía insegura, así que me operé el culo», comenzó diciendo.
Una decisión que le ha perseguido toda su vida y de la que está profundamente arrepentida. «Todo lo que voy a decir es que si eres joven, si tienes 19, 20, 21 años, y te ves demasiado delgada, y estás como 'OMG no tengo suficiente grasa para poner en mi culo'; no recurras a las inyecciones», dijo aprovechando su popularidad para arremeter duramente contra las operaciones de cirugía estética. «Si un médico dice que sus niveles en sangre son demasiado bajos o que tiene diabetes o lo que sea, no lo hagan», insistió.
Cardi B se quita sus implantes de glúteo y arremete contra la cirugía plástica
Esta no es la primera vez que la cantante habla sobre sus complejos cuando era pequeña. «De joven era muy flaca, y en el Bronx lo mejor es ser grueso y tener buen culo. Los niños pequeños se reían de mí y me decían: 'Mira tu trasero plano. No tienes tetas'. Y me hacían sentir fea y sin desarrollar», dijo durante una entrevista en febrero de 2021.
A pesar de arremeter duramente contra las operaciones de glúteos, la cantante también se ha sometido a otras cirugías estéticas como implantes mamarios y una abdominoplastia (que consta en la eliminación del exceso de piel y grasa de la pared abdominal).