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'Constelación gráfica': las autoras de cómic de vanguardia hacen historia (e historieta) en el CCCB

Ciencia y tecnología
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Una exposición reúne obras e instalaciones de Ana Galvañ, Nadia Hafid, María Medem y Genie Espinosa, entre otras, y revindica el «esplendoroso presente» de la historieta experimental

(ABC).- «Ahora la batuta la llevan ellas», celebra la editora Montserrat Terrones. Ellas, por si se lo preguntan, son Bárbara Alca, Marta Cartu, Genie Espinosa, Ana Galvañ, Nadia Hafid, Conxita Herrero, María Medem, Miriampersand y Roberta Vázquez. Dibujantes, ilustradoras y, por aquello de resumir, intrépidas exploradoras de los márgenes y abismos del noveno arte. ¿Su orquesta? ¿Lo que llevan de aquí para allá mientras blanden en el aire el bastón de mando? El cómic de vanguardia. 

Las historietas nacidas al calor de las ferias de autoedición e irradiadas por la influencia del manga, 'Persépolis' y 'Bojack Horseman'. Páginas y más páginas atenazadas por la precariedad y con la ansiedad mordisqueándoles las pantorrillas. Feminismo y sororidad. El 'fan art', la narrativa fractal y los encargos para 'The New York Times' y 'The Washington Post'. El cambio de ciclo en un sector tradicionalmente masculinizado en el que emisor y receptor han sido, durante años, prácticamente los mismos. Y sin el prácticamente.

«En los últimos veinte años ha habido una explosión creativa de autoras. Son ellas quienes, ahora mismo, están realizando los álbumes más interesantes en Francia y España», asegura Terrones, comisaría de la exposición con la que el Centre de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) busca retratar ese momento de bonanza creativa a través de una 'Constelación gráfica' formada por las nueve autoras que, resume la muestra, «han fortalecido una confabulación creativa en la que puede leerse el esplendoroso presente de la historieta experimental en nuestro país».

La viñeta como espejo crítico e irónico en el que reflejar la realidad y el dibujo como manera de ajustar cuentas con la soledad, la incomunicación y, porqué no, también con los límites del lenguaje del cómic. Lápices, tablets y fanzines como armas de destrucción masiva de la generación milenial. Esto último, sin embargo, no lo diremos muy alto, ya que la fenomenal 'Constelación gráfica' no aspira a ser un retrato generacional. O no del todo. «El factor generacional tiene mucho peso, sí, pero no es una exposición generacional»; sostiene Terrones.

Autorretratos dibujados de las autoras participantes en la exposición. De arriba a abajo y de izquierda a derecha, Ana Galvañ, Genie Espinosa, Roberta Vázquez, María Medem, Nadia Hafid, Miriampersand, Bárbara Alca, Marta Cartu y Conxita Herrero

Autorretratos dibujados de las autoras participantes en la exposición. De arriba a abajo y de izquierda a derecha, Ana Galvañ, Genie Espinosa, Roberta Vázquez, María Medem, Nadia Hafid, Miriampersand, Bárbara Alca, Marta Cartu y Conxita Herrero ABC

Lo generacional, sin embargo, es lo que hila buena parte del discurso y recibe al visitante entre las sábanas revueltas de un dormitorio genuinamente milenial. Pizza y portátil, ansiolíticos en la mesilla de noche, y 'Mi año de descanso y relajación' de Ottessa Moshfegh bajo la almohada. Lo público y lo privado, fundiéndose en una interminable jornada laboral. «Es un intento por poner en cuestión el concepto de generación, que se ha acabado por convertir en un campo de batalla político», explica el filósofo Eudald Espluga, asesor de la instalación inaugural 'Milenial: una generación en disputa'.

Lo generacional, seguimos, es también lo que conecta a Roberta Vázquez (Santiago de Compostela, 1989), Bárbara Alca (Palma, 1990) y Conxita Herrero (El Prat de Llobregat, 1993), autoras que comparten mirada sobre la precariedad, la incomunicación, la ansiedad y las nuevas formas de relacionarse. Con ellas se estrena una exposición que serpentea entre los descacharrantes 'fan arts' de 'Harry Potter' de Vázquez, la ironía sardónica de Alca, y la reivindicación de Herrero, para modular un nuevo costumbrismo hecho de apreturas financieras, ansiedad laboral y sobreexposición perpetua.

Creación y reflexión

Como no todo va a ser exhibir viñetas y originales de las autoras (que también), 'Constelación gráfica' se enriquece con una serie de instalaciones creadas expresamente para la exposición. Bárbara Alca, por ejemplo, ha ideado una aplicación de citas para contactar con superhéroes del 'cringe', mientras que Nadia Hafid (Terrassa, 1990), recientemente galardonada con el premio Ojo Crítico de Cómic, aprovecha para reflexionar sobre la soledad como «espacio de creación y reflexión»

La autora de 'El buen padre' es la encargada de abrir un ámbito dedicado a la narrativa fractal y la hiperconectividad, condicionantes formales que Marta Cartu (Barcelona, 1989), creadora del rompedor y fragmentario 'Hola, Siri', aprovecha también para explorar el malestar generacional sin dejar de interrogarse sobre las posibilidades del formato. «El canal para mí es muy importante. ¿Cómo llevo el cómic a una pantalla? ¿O cómo llevo una página al espacio?», se pregunta una autora cuya instalación, un enredo visual inspirado en parte por el filósofo surcoreano Byung-Chul Han, se propone «transitar» el cómic. Esto, en el CCCB, se traduce en un cómic expandido que hay que atravesar para seguir avanzando.

Precisamente el viaje, el tránsito hacia otras dimensiones espaciales y sensoriales, es el hilo del que tiran Miriampersand (Madrid, 1985) y Genie Espinosa (Barcelona, 1984), dos autoras que sitúan en el centro de sus historias el movimiento como sinónimo de cambio, los ritos de paso y el empoderamiento. Espinosa, por ejemplo, ha querido mostrar con la instalación cómo el cómic la transformó y, nunca mejor dicho, le cambió la vida. Con Ana Galvañ (Murcia, 1980), una de las ilustradoras más solicitadas, llegan los mundos extraños, las distopías y el constructivismo ruso. Identidad, capitalismo y feminismo, sí, pero también misterio. Mucho misterio. «No quiero ser muy didáctica», aclara la autora de 'Tarde en McBurguer's'.

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A su lado, y cerrando el recorrido, María Medem (Sevilla, 1994) exhibe un uso espectacular del color e influencias tan dispares como la fotografía y el flamenco. Esto último cobra especial importancia en 'Por culpa de una flor', álbum que publicará en los próximos meses y en el que utiliza las páginas a modo de partituras. Su instalación, un espacio con viñetas impresas en sábanas y ambientación musical de Susana Hernández y Rocío 'La Boterita', busca recrear la atmósfera de sus historias y arrastrar al visitante a una de sus viñetas. Un broche inmejorable para una exposición en la que quedarse a vivir una buena temporada.