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Los primeros mamíferos vivían rápido y morían jóvenes

Ciencia y tecnología
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Las crías de los pantodontes, herbívoros de gran tamaño, nacían más desarrolladas y alcanzaban la madurez sexual antes

(ABC).- Hace 66 millones de años, un meteorito acabó con los dinosaurios y con las tres cuartas partes de las plantas y los animales del planeta. Sin embargo, algunos mamíferos sobrevivieron y evolucionaron convirtiéndose en bestias de gran tamaño, ocupando así el nicho que dejaron sus 'compañeros' jurásicos. Los panodontos, unos grandes herbívoros que emergieron hace unos 66 millones de años, son el primer grupo que surgió entre ellos. Su relación con los mamíferos posteriores no está clara, al igual que su increíble éxito evolutivo -se diversificaron en una amplia gama de formas, aunque se extinguieron hace unos 34 millones de años, a finales del Eoceno-. Ahora, un nuevo estudio parece haber encontrado la clave de su superviviencia: vivían rápido y morían jóvenes. Las conclusiones acaban de publicarse en 'Nature'.

En este estudio, Gregory Funston, Steve Brusatte y sus colegas, de la Universidad de Edimburgo (Reino Unido) señalan que han descubierto a través del análisis dental de restos fósiles del yacimiento en el Parque Nacional Badlands, Dakota del Sur (EE.UU.), que los primeros grandes mamíferos posteriores a los dinosaurios crecían el doble de rápido que los actuales de tamaño equivalente y tenían una vida comparativamente más corta. Para averiguarlo, utilizaron diferentes métodos, como el mapeo de oligoelementos dentales, para esclarecer la historia vital del pantodonte Pantolambda bathmodon, que vivió hace 62 millones de años.

Se trata de una extraña mezcla entre perro, cerdo y oso, con extremidades robustas (osos), un torso grande y profundo (cerdos) y una cara de hocico corto y cola larga (perros); si bien, no se parecía en nada a ninguno de ellos: pesaban unos 42 kilos, y nacían bastante desarrollados, llegando a la pubertad en unos 3 o 4 años, y muriendo tras una década de vida, más o menos. Se trataba de mamíferos placentarios, que, a diferencia de los marsupiales (como los canguros, cuyas crías crecen en una bolsa), o de los monotremas (como el ornitorrinco, que nacen de un huevo), las crías placentarias realizan la mayor parte de su crecimiento temprano dentro de la madre, facilitado por una placenta especializada que alimenta y limpia al bebé.

La mayoría de los individuos del yacimiento estudiado tenían entre tres y cuatro años cuando murieron. Sin embargo, el más viejo tenía once, lo que concuerda con la mitad de la esperanza de vida de un animal de ese tamaño en la actualidad (unos 20 años). Los autores creen que la estrategia de nacer tan grandes les habría asegurado una mayor supervivencia; por otro lado, el hecho de llegar a la madurez tan pronto, habría permitido una mayor tasa de reproducción en la especie, lo que habría sido un éxito evolutivo al menos durante ese periodo.