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Los restos provocados por el misil antisatélite ruso ponen de nuevo en jaque a la Estación Espacial Internacional

Ciencia y tecnología
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La NASA ha informado sobre una nueva maniobra evasiva para evitar los restos del antiguo satélite Cosmos 1408, bombardeado por el ejército de Putin a finales de 2021

 

 

(ABC).- La Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) ha tenido que realizar una nueva maniobra evasiva para sortear los restos del antiguo satélite soviético Cosmos 1408, bombardeado por el ejército de Putin a finales del pasado año. La NASA lo confirmaba a través de un comunicado, en el que explicaba que había tenido que encender los propulsores durante 4 minutos y 34 segundos «en una maniobra para evadir la trayectoria de un fragmento de escombros rusos», citando el nombre del satélite bombardeado.

Esta situación se produjo el pasado jueves 16 de junio a las 2.03 AM CDT (9.03 AM en España), y se evitó que el trozo en cuestión pasase a menos de un kilómetro de distancia de la ISS.

Según informó también la NASA, «la tripulación nunca estuvo en peligro y la maniobra no tuvo impacto en las operaciones de la estación».

Los antecedentes

Rusia realizó una prueba de un misil antisatélites el pasado mes de noviembre. El objetivo era el antiguo satélite ya en desuso Cosmos 1408, que acabó destruido en unos 1.500 trozos que vagan sin control por la órbita terrestre baja (la franja donde se encuentra el grueso de los satélites operativos, así como la ISS y la estación espacial china Tiangong, actualmente en construcción). Entonces, el Ejército de EE. UU. y la NASA ya condenaron los hechos, calificando al Gobierno de Putin de «irresponsable», tras crear una nube de escombros que amenazó a la Estación Espacial Internacional (ISS) y a sus siete ocupantes.

En concreto, la tripulación de la ISS se vio obligada a refugiarse en las naves de regreso a la Tierra ante un eventual abandono de las instalaciones. El laboratorio espacial pasó a través de la nube de escombros dos veces, una cada 90 minutos. La NASA determinó antes del tercer pase que era seguro volver al interior de la estación espacial, si bien el rastreador de desechos espaciales LeoLabs señala que los restos se encuentran en una altitud entre los 440 y los 520 kilómetros sobre la Tierra, a unos 20 kilómetros de donde se encuentra la ISS (400 km).

Tensas relaciones

Rusia y Estados Unidos son los principales socios de la ISS, y su colaboración en el proyecto se remonta a principios de la década de los noventa. Sin embargo, en los últimos años, las relaciones se han ido enfriando, sobre todo tras la era de la Administración Trump. Aún así, la NASA y la agencia espacial rusa, Roscosmos, siguen afirmando que su colaboración en el ámbito espacial sigue produciéndose con normalidad (incluso a pesar de las provocaciones del director de la agencia rusa, Dimitri Rogozin, quien ha llegado a insinuar que la ISS «podría caer» y estrellarse sobre los EE. UU. o Europa.