Los sonidos del murciélago de saco en sus primeras semanas de vida se caracterizan por largas secuencias vocales multisilábicas que incluyen tipos de sílabas del repertorio vocal adulto
(ABC).- El lenguaje define la naturaleza humana casi más que cualquier otra característica. Y cada bebé enfrenta el desafío de obtener el control preciso sobre sus articulaciones vocales para producir sonidos del habla. Este control se obtiene durante el balbuceo y se da independientemente de la cultura o el idioma del pequeño. Sin embargo, este comportamiento es raro en el reino animal. Hasta ahora, este fenómeno se ha descrito casi exclusivamente en pájaros cantores, si bien hay diferencias sustanciales, como que los pájaros tienen siringe y nosotros laringe. Investigadores del Museum für Naturkunde Berlin (Alemania), han descubierto que hay otro mamífero que también balbucea: el murciélago de saco o Saccopteryx bilineata. Las conclusiones del estudio acaban de publicarse en la revista ' Science'.
El equipo estudió el balbuceo de 20 crías de esta especie en su hábitat natural, en Panamá y Costa Rica. Para recopilar esta información, los investigadores fomentaron que los murciélagos se habitúan a su presencia en las inmediaciones de sus perchas, lo que permitió que se realizaran grabaciones acústicas y de vídeo diarias, desde el nacimiento hasta el destete.
«Trabajar con cachorros de murciélagos salvajes es una oportunidad única porque permite observar y registrar un comportamiento complejo en un entorno completamente natural y tranquilo», afirma Ana Fernández, autora del estudio. Durante su desarrollo, las crías de S. bilineatalos pasan una media de siete semanas realizando balbuceos. Estos sonidos se caracterizan por largas secuencias vocales multisilábicas que incluyen tipos de sílabas del repertorio vocal adulto. «El balbuceo de las crías es un comportamiento vocal muy visible, es audible a una distancia considerable y los balbuceos tienen una duración de hasta 43 minutos», señala Martina Nagy, otra de las autoras. «Y mientras balbucean, los cachorros aprenden el canto de los machos adultos».
De vuelta en Alemania, se analizaron las grabaciones acústicas y los investigadores encontraron que el balbuceo se caracteriza por las mismas ocho particularidades que el balbuceo de los bebés humanos, incluida la imitación de sílabas canónicas y ritmicidad. «Por ejemplo, el balbuceo de los murciélagos destaca por la reduplicación de las sílabas, como el 'da da da' en el balbuceo de los bebés humanos», explica Lara Burchardt, otra de las autoras que participó en el estudio.
«Es fascinante ver estos convincentes paralelismos entre el comportamiento de la práctica vocal de dos mamíferos que aprenden vocalmente -señala Mirjam Knörnschild, otra de las investigadoras-. Nuestro estudio está contribuyendo al campo interdisciplinario de la biolingüística, que se centra en los fundamentos biológicos del lenguaje humano para estudiar su evolución». Porque trabajar en el aprendizaje vocal de otras especies puede aportarnos otra pieza del rompecabezas para comprender mejor el origen evolutivo del lenguaje humano.