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En la ruta 2024 los muertos políticos resucitan

Política
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Acapulco Gro., 14 de octubre de 2023.- En el proceso electoral del 2024, se hizo el milagro de resucitar a varios muertos políticos que en su momento tuvieron la oportunidad de servir al pueblo, pero -más bien, usaron sus cargos para enriquecerse, sus familiares, amigos y compadres,- hoy no quieren quedar fuera del presupuesto. Son pues figuras desgastadas con nombre y apellido. En el ámbito privado no pudieron triunfar pero en el terreno de la política florecieron gracias a la falta de cuadros de un Movimiento que se empoderó gracias al fenómeno Andrés Manuel López Obrador y que lamentable ha tenido que reciclar para construir candidaturas.

Uno de esos personajes es la ex alcaldesa de Acapulco, Adela Román Ocampo, magistrada improductiva que luego del desastroso papel como edil de uno de los municipios más importantes de Guerrero no hizo más que dejar en mal al movimiento que la llevó al poder.

Luego de su pésimo papel, porque gobernó más con los priísta que con los morenistas, su mejor aliado fue el ex gobernador Héctor Astudillo Flores, con quién siempre caminaron de la mano hasta cerrar su administración. Incluso se llegó a pensar que gracias a su gobierno desastroso Morena podría perder y afortunadamente no fue así.

En Acapulco, la gente tiene memoria, muy a pesar de la cruel violencia en la que viven, ante la falta de una verdadera estrategia de prevención del delito. Hoy como aquella historia de 'Lazaro", el hombre que estuvo muerto por tres días y resucitó, los que hicieron un mal papel son redimidos.

Se dice que la señora ex presidenta, Román Ocampo, ya encontró padrino y suponiendo sin conceder, ya se anda apuntando para una fórmula para el senado de la república, algo que por supuesto ofendería al pueblo.

Pero si esto es algo que asusta, viene lo peor. En la ruta 2024, luego de que la aspirante a la presidenta de la república, Claudia Sheinbaum Pardo, ganó en la encuesta el proceso interno en Morena, los que apoyaban a las otras corcholatas, han pedido "premio de consolación" y no es cualquier cosa.

La gente de Adán Augusto López, por ejemplo, en Acapulco, quieren la joya de la corona. El talachero, que vende espejitos, Yoshio Ávila, un muchacho que vino del PRI como caballo de Troya a Morena, obsesionado anda como loco en todo el municipio diciendo que es el ungido de Mario Delgado dirigente nacional del movimiento de regeneración nacional y dice que ya tiene el triunfo en la bolsa, cuando en la realidad no gana ni una comisaría. Se le olvidó que del plato a la boca se cae la sopa.

Pero también las huestes de Marcelo Ebrard Casaubon, no se quedan atrás. Por un lado el hijo del multimillonario Walton Aburto, quién trajo la franquicia de Convergencia a Guerrero y luego se cambió a Movimiento Ciudadano, Loy Walton, también quiere al menos ser diputado local y tal parece que entre los acuerdos la tiene segura, porque podría ser plurinominal.

Pero de ese mismo grupo, está la actual presidenta de Acapulco, Abelina López Rodríguez, que ha pedido no solamente un espacio sino siete. En pie la reelección, pero de no ser así, buscaría la senaduría. Antes habría que preguntarle a la gente, qué opina sobre su papel y qué tipo de administración está haciendo.

Sin desearle lo peor, con la pena, hay que caminar por las calles y avenidas de Acapulco, para darse cuenta del muladar y de las condiciones en las que se encuentran un destino turístico como Acapulco.

La violencia que permea no es un secreto a voces. El dolor y el llanto de quiénes lloran todo los días a sus familiares asesinados por la falta de una estrategia de prevención del delito, -más allá de los discursos- es una muestra de la clase de gobierno que tenemos.

Los escurrimientos de aguas negras por doquier, incluso en aguas de la bahía Santa Lucia, así como la falta de agua potable en las colonias pobres del municipio es la piedra en el talón de la perredista Oaxaqueña que entró a Morena para coronar.

Muchos se preguntan qué premios de consolación van a pedir los que ayudaron a las demás corcholatas para que se dé la llamada "unidad", no lo sabemos, pero algo van a pedir. Dicen que el pastel ya no tiene rebanadas, pero van por las morusas.

El perredista, David Jiménez Rumbo, un hombre altanero que siente que la vida no lo merece, pagó un espectacular para decir a los cuatro vientos, que él apoyó a Cheinbaum en la contienda interna de Morena. Algo quiere y no precisamente servir al pueblo.

Dicen que a río revuelto ganancia de vividores. Y falta saber en el reacomodo de fuerzas, quiénes más van a aspirar a cargos de elección popular en Acapulco, además de los mencionados arriba.

En este contexto, la migración de Priístas a Morena, -caso Ricardo Taja- que simbro a la militancia de Morena, es uno de tantos. Bajo el viejo argumento de que hay que sumar, como la humedad están ya adentro.

Estar en la fila de desempleados no es cualquier cosa. A fuera nadie les va pagar los sueldos de regidores, diputados y senadores. Nadie.

Por eso, ante este escenario, la gente "tiene que fijarse además de la marca en la persona" y sus antecedentes, para que no pase como en el PRD que si ponían a una vaca ganaban.

La llamada "voluntad popular", no existe, cuando antes están los acuerdos políticos a espalda de la militancia. Lo que viene después es un formalismo.

Por cuánto tiempo va durar el encanto de Morena, no lo sabemos. Podrían ser 12 años más, hasta que la sociedad se dé cuenta que el patrón que hundió a los partidos políticos asoma en el movimiento de regeneración nacional.

Si no cuidan las formas, - porque la forma es fondo- el gusto del triunfo les va durar poco.  Dicen que el único animal que se tropieza con la misma piedra es el hombre.