Hay al menos 2 millones 500 mil en el país y fue hasta el 2019 cuando fueron reconocidos constitucionalmente
Por: Claudio Vargas
Acapulco Gro., 25 enero del 2022.-Durante muchos años, los afro descendientes han luchado por ser visibilizados y como pueblos se les dé un reconocimiento a su diversidad y en consecuencia también sus derechos a los servicios públicos y el desarrollo económico de las zonas donde habitan, en este momento están fuera de la agenda pública de los gobiernos.
Según el censo 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) hay en el país al menos 2 millones 500 mi afro descendientes de los cuales el 50 por ciento de ellos se encuentra diseminados en los estados de Guerrero, Oaxaca, Jalisco, Veracruz y Estado de México.
Fue hasta el 2019 cuando el gobierno mexicano les dio el reconocimiento en la constitución como la “tercera raíz”, identidad de país como la española e indígena. A través de los años la cultura africana se ha esparcido a muchos rincones de México desde la frontera Sur hasta la zona norte.
Muchos se pregunta cómo es que surgieron los pueblos negros en México y particularmente en Guerrero. Según la historia, poblaciones de origen africano llegaron a este país, como parte del acompañamiento de expediciones de naves españolas y venía en calidad de esclavos. Algunos de los esclavos escaparon y huyeron hacia la sierra de Guerrero y otros se escondieron en la zona costera; luego de esa descendencia con el paso del tiempo se fueron formando los llamado pueblos negros o afro mexicanos.
El antecedente afroamericano, se da entre 1970 y 1990, tiempo en que se desarrollaron los movimientos y luchas sociales en la Costa Chica, mediante la llamada organización social. En ese entonces salta el movimiento guerrillero de 1970, la lucha agraria que enfrentó a los caciques y campesinos por la disputa de espacios territorios, el reclamo de los cambios políticos a nivel nacional y municipal, así como la pugna por el poder cuando se dio la debacle del PRI y el auge del PRD entre finales de los años 80 y principios de los 90.
En ese contexto, los negros o morenos de la Costa Chica de Guerrero, se unieron al movimiento indígena que fue nombrado tiempo después como Consejo Guerrerense 500 años de Resistencia Indígena, Negra y Popular y que había nacido en 1991 a raíz del quinto centenario de la llegada de los españoles a tierras americanas.
Cabe señalar que la organización política de los afro descendientes dio comienzo en enero de 1997 con el religioso Glyn Jemmott quien convocó a una reunión a la que asistieron líderes de la movilización y allí surgió la idea de visibilizar la historia y herencia cultural africana mediante un encuentro al que llamaron “Encuentro de los pueblos negros”.
El primer encuentro de los pueblos negros en marzo de 1997 en el Ciruelo, Pinotepa Nacional Oaxaca, se enfocó en proporcionar las bases históricas de la llegad a de los africanos a la Nueva España y sus aportaciones al estado. Según los organizadores , esto permitiría que los asistentes conocieran sus raíces y comprendieran el origen de la actual política, económica y social del pueblo negro. Jemmott pensó que los negros emprenderán la acción social si tenían una identidad cultura común, Es decir fue la primera herramienta de movilización de la afro mexicanidad.
En lo que respecta a la acción afirmativa para los afroamericanos, se busca que se les dé un trato preferencial en el acceso o distribución de ciertos recursos y servicios. Así como determinados bienes, y a un determinado grupo que haya sufrido discriminación, con el objetivo de mejorar la calidad de vida y compensar por la injusticias del pasado. Sin embargo, esto mismo lleva el riesgo de que haya una esencialización de la cultura y aumenten las prácticas racistas y xenofóbicas debido al trato preferencial.