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Lun, Abr

California se prepara para otro terremoto inminente

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Dos grandes seísmos -el segundo de escala 7,1- se suceden sin víctimas, pero es muy probable que venga otro importante terremoto.

(ABC) Un terremoto de magnitud 6,4 en la escala Richter sacudió el sur de California el pasado jueves, en plena celebración de la fiesta nacional del 4 de julio, y los sismólogos lo dejaron advertido: era muy probable que otro terremoto de igual o mayor importancia ocurra en los próximos días. No erraron el pronóstico: al día siguiente, el viernes por la noche –en la madrugada de ayer hora española–, un seísmo de escala 7,1 volvía a hacer temblar a la mayor economía de EE.UU.

California se prepara ahora para el próximo: los expertos advierten que es muy probable que ocurra otro temblor de importancia. Hay incluso alguna posibilidad de que sea más fuerte que el del viernes, el de mayor escala en los últimos veinte años.

La mejor noticia es que el terremoto del viernes, al igual que su predecesor del 4 de julio, no han dejado víctimas. El epicentro estaba a unos 17 kilómetros de Rigdecrest, en las inmediaciones del Parque Nacional del Valle de la Muerte, una zona remota y desértica, con poca población (27.000 habitantes), a casi dos horas y media en coche de Los Ángeles. El segundo terremoto tuvo una fortaleza ocho veces superior al del jueves, según los expertos. Su potencia hizo que se notara en buena parte del suroeste de EE.UU. Los temblores se percibieron en ciudades del estado de Nevada como Las Vegas y Reno, en Phoenix (Arizona) y en Baja California, ya en territorio mexicano.

La misma falla

El jefe de bomberos del condado de Kern, donde se asienta Ridgecrest, confirmó la ausencia de víctimas. «Existen daños materiales, pero todavía no sabemos cuánto», aseguró. El temblor produjo varios incendios en la zona, por la rotura de sistemas de conducción de gas, y cortó el suministro de agua y de electricidad a varios miles de personas.

El anterior terremoto de categoría similar data de 1999, en el cercano desierto de Mojave y tampoco dejó víctimas. Sin embargo, en 1994, un seísmo de potencia inferior, 6,4 Richter, fue muy destructivo: ocurrió en una zona poblada, Northridge, un suburbio al Norte de Los Ángeles, y causó 61 víctimas mortales y cerca de 15.000 millones de dólares en daños.

Según los expertos, el terremoto del jueves fue el premonitor del del viernes, ambos ocurridos en distintos puntos de una misma falla. La sismológa Lucy Jones aseguró a ‘Los Angeles Times’ que esa falla tiene ahora una distancia de entre 40 y 50 kilómetros y que sigue creciendo. Jones explicó que los dos grandes terremotos están dentro de una secuencia sísmica «de mucha energía». Desde que se produjo el del 4 de julio y hasta el mediodía de ayer, se habían registrado más de 4.700 temblores en la región, según explicó John Bellini, un geofísico del Centro de Estudios Geológicos de EE.UU. (USGS, en sus siglas en inglés), a la CNN.

Al del viernes, el mayor, con escala 7,1, le ha seguido otros tres terremotos de magnitud 5 o superior, los tres en la primera hora tras el seísmo principal. Lo que nadie duda es de que habrá más temblores. «De media, la mayor réplica para un terremoto de 7,1 sería uno de magnitud 6», explicó Jones. Sin embargo, que fuera un temblor del 6,4, como el del jueves, «no sorprendería a nadie» e incluso podría ser mayor.

El USGS ha desgranado sus previsiones para la actividad sísmica durante la próxima semana dentro de la secuencia a la que pertenecen los dos últimos grandes terremotos. La posibilidad de que se produzca un seísmo de la misma o mayor magnitud que el del viernes (7 en la escala Richter o superior) es del 3%. Para un terremoto de escala 6 o superior, la probabilidad es del 27%. Que se produzca uno de magnitud 5 o mayor se da por casi seguro –96%– y se preve que sean hasta ocho de estos temblores. Para terremotos menos fuertes, escala 3 o superior, se espera que haya entre 240 y 410 durante la próxima semana.

«Esto no es algo que vaya a acabar pronto», recordó a la población Mark Ghilarducci, director de la Oficina de Servicios de Emergencia de California. El gobernador del Estado, Gavin Newsom, ordenó que esta agencia estuviera en máxima alerta, además de declarar el estado de emergencia en los dos condados afectados por los terremotos y de pedir ayuda federal al Gobierno de EE.UU.

Estado de alerta

Las autoridades pidieron a los vecinos de la zona que permanezcan alertas durante las próximas dos semanas, se aseguren de las estructuras de sus hogares no han sido afectadas y no duerman cerca de objetos que pueden ser derribados por nuevos temblores.

Durante el fin de semana, las redes sociales se llenaban de vídeos grabados durante el mayor de los temblores: piscinas que se vaciaban, estanterías derrumbadas, presentadores de noticias sorprendidos por el terremoto que cortaban la emisión para cobijarse debajo de la mesa o las sacudidas durante un partido de los Dodgers, el equipo de béisbol de Los Ángeles. Todo ha quedado de momento en una anécdota, pero California tiene la respiración contenida ante el peligro que puede suponer el próximo terremoto.