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Jue, May

*Lo negro del CEN del SNRP: Vicios, arreglos en lo oscurito y sin contratos colectivos*

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Rogaciano Méndez viola estatutariamente la vida interna de esta organización gremial de periodistas, pues como secretario general nunca ha ofrecido un informe anual a las Secciones y Delegaciones

Dirigentes nacionales son funcionarios públicos y ninguno de ellos tiene o es parte de un contrato colectivo de trabajo, como lo marca el estatuto

La situación que vive el Comité Ejecutivo Nacional del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa y Trabajadores de Actividades Similares y Conexas (SNRP) es deleznable.

Entre los grandes vicios de esta organización de periodistas está que el poder ha sido acaparado a capricho de dos grupos que se han turnado la dirigencia nacional: el de los Oliva y el del actual dirigente Rogaciano Méndez González.

El primero de ellos ostenta el 65 por ciento de las representaciones; el segundo, el más lascivo, intenta crecer al interior, de la mano del Secretario de Organización, Juan Carlos Rojas Ibarra, quien también es representante sindicalista en el sector educativo.

Los hermanos Fernando y Alejandro, de apellidos Olivas Ortiz, se han turnado la Secretaría General por varias décadas; este último periodo a punto de concluir, la cedieron a Rogaciano Méndez González, quien ahora intenta dejar en el cargo a su compinche, Juan Carlos Rojas.

Todo ello lo hacen sin consultar a las bases, sin realizar elecciones, sin consensos ni tampoco informes. Jamás han convocado a una asamblea, ni ordinaria ni extraordinaria.

Rogaciano viola estatutariamente la vida interna de esta organización gremial de periodistas, pues como Secretario General nunca ha ofrecido un informe anual a las Secciones y Delegaciones durante estos casi cuatro años que cumplirá al frente de esta responsabilidad.

Tampoco ha dado una explicación de los nombramientos de nuevos funcionarios sindicales, y a su libre arbitrio integra a personajes que ostentan cargos públicos, como Alejandro Aparicio Tetoto, a quien nombró Secretario de Secciones, siendo Director de Comunicación Social del municipio de Iguala de la Independencia.

Ello, pese a lo que marca el artículo 13 del Capítulo VI de los Derechos de los Agremiados que señala que: “El agremiado activo sujeto a Contrato Colectivo de Trabajo que sea requerido para ocupar un puesto de confianza y lo acepte, automáticamente causará baja en el SNRP y perderá los derechos”.

Por otra parte, cómo explica que cada uno de los integrantes del CEN represente una cartera, si el artículo 20 del Estatuto hace hincapié que “sólo podrán ocupar cargos en la Secretarías del Comité Ejecutivo Nacional del SNRP, los miembros sujetos a contrato colectivo de Trabajo. Los demás cargos en comisiones podrían ser ocupados por socios libres pertenecientes a la Matriz”.

Esto es lo más cuestionable. Ningún integrante del CEN está sujeto a contrato colectivo, puesto que los CCT ya no existen en esa organización, con ninguna empresa tienen relación laboral. Desde hace mucho el SNRP es sólo simulación.

En resumidas cuentas, este Comité Nacional tiene la singularidad de arreglarse en lo oscurito, los últimos tres períodos han llegado los secretarios sin haber realizado ninguna Asamblea Extraordinaria de Elecciones.

Además, el actual Secretario no ha rendido ningún informe. Ni de trabajo ni de tesorería, puesto que lo que no se dice es que como organización reciben, según ellos, las cuotas de todas las secciones.

Y lo más desafiante, cómo constituyen un Sindicato,  si ninguno de ellos ostenta o forma parte de un Contrato Colectivo de Trabajo. Sus secciones han ido desapareciendo por su manera tan ruin y perversa de conducirse, pretendiendo mangonear dirigentes a su antojo, imponer dirigencias, sancionando sin fundamento legal, disponiendo a control remoto por medio de incondicionales tan ruines como ellos y exigiendo ser atendidos como reyes cuando se dignan hacer visitas que para ellos son de placer y no de trabajo. Y las delegaciones ni se diga. Por eso en Acapulco ya no existe más.

Se acabó el SNRP.