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Dom, May

FÓRMULA 1... La Fórmula 1, primer deporte que traspasa fronteras

Deportes
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Vuelve sin podio, sin público, con vuelos chárter internacionales y menos empleados

Pionera en tantos pormenores y símbolo del vanguardismo, la Fórmula 1 vuelve a tomar la delantera en el listado de los grandes deportes. Ya se ha asentado la caravana itinerante, mucho más ligera que antes de la pandemia, en el circuito Red Bull Ring de Austria después de la crisis sanitaria del coronavirus, dispuesta a marcar tendencia otra vez. No ha empezado ningún otro campeonato de alcance mundial, ni la NBA que se prepara en Miami, ni el Tour de Francia que se espera a finales de agosto, ni MotoGP y su aparición próxima en Jerez, ni la Champions que se concretará a mitad de agosto en Lisboa ni el tenis, cuyo incierto futuro pende aún del aire. La F1 vuelve este fin de semana (hoy, formación de la parrilla en la clasificación y el domingo, la carrera) sin público, sin ceremonia de podio, con vuelos chárter, distanciamiento social y menos empleados que nunca.

Vuelve la Fórmula 1 y el mundo lo ausculta con detenimiento porque su protocolo de actuación puede servir para otros deportes. En las montañas del Tirol se han concentrado las escuderías en un cónclave que más parece unos entrenamientos invernales que el inicio de un Mundial por su versión low cost, la ausencia de aficionados y de gente trasegando por el paddock.

Se han presentado equipos reducidos de trabajadores (normalmente son plantillas de 80), aislados unos de otros, que han llegado a Austria en vuelos chárter, la mayoría ajenos al tráfico internacional de aviones con pasajeros, En el circuito Red Bull Ring se ha divisado una estética diferente a la habitual. Los pilotos no conviven con el resto del equipo en los cómodos motorhomes, estilo mansiones, sino en casetas individuales parecidas a las de la obra. Vettel, por ejemplo, ha extremado las precauciones y, en vez del lujoso hotel habitual, duerme en una caravana aparcada en las inmediaciones de la pista, como hacen buena parte de los pilotos de MotoGP.

Se imponen las mascarillas a juego con la indumentaria de la escudería y las ruedas de prensa por zoom o virtuales con preguntas escritas de antemano que traduce un mediador. Todos los pasajeros del paddock se someten a tests de coronavirus cada cinco días. En Austria estarán hasta el lunes 13 de julio, ya que el trazado tirolés acoge las dos primeras carreras. No hay invitados ni pases vip para patrocinadores. Se ha suprimido la ceremonia del podio y el champán en aras del alejamiento social. En las salas de prensa, los pocos periodistas elegidos por la F1 para cubrir el certamen se sientan a varios metros de distancia, sin posibilidad de acudir al paddock o a la pista. La organización ha sugerido a los acreditados que no se mezclen en reuniones o cenas y que cada cual viva en su burbuja, solo en contacto con compañeros. No habrá presentación de pilotos dos horas antes del gran premio austriaco porque no hay público al que saludar.

Pandemia y racismo

Doce carreras fueron canceladas o pospuestas y el campeonato será con seguridad más corto de las 22 pruebas inicialmente programadas. Ocho se han formalizado en Europa hasta septiembre y la Fórmula 1 espera poder anunciar más carreras por Asia y América en el otoño para concluir el Mundial en el invierno.

La leyenda #WeRaceAsOne (Corremos como uno) adorna los coches y el circuito con los colores del arcoíris para no olvidar que el mundo sigue luchando contra una pandemia y como recuerdo de la diversidad en un periodo afectado por el racismo en la muerte de George Floyd. Es el triunfo del activista Hamilton, en su faceta social más allá de su condición de piloto de Fórmula 1. Hamilton también empezó mandando en los primeros entrenamientos libres, con Carlos Sainz cuarto y décimo en las dos rondas.

Protagonista ha sido Vettel, que dejará Ferrari. «No me hicieron ninguna oferta», aclaró. «Era nuestra primera opción, pero los recortes por la pandemia han cambiado todo», puntualizó Mattia Binotto, el jefe de la escudería.