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Dom, May

Borja Valero: «Los millones que ganan los futbolistas no tienen nada que ver con salvar vidas»

Deportes
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Confinado desde hace ocho semanas en su casa de Milán, reflexiona sobre la situación actual y las críticas a su gremio

 

(ABC) Sólo un positivo en su entorno, una prima de su mujer Rocío, y muy controlado. Ese es el tranquilizado balance de la pandemia para Borja Valero y su familia. Encerrado desde hace dos meses junto a su pareja y sus dos hijos en su piso de Milán, el futbolista del Inter, un tipo cultivado y ajeno al habitual mundo glamuroso del fútbol, reflexiona en ABC sobre este momento tan complicado que vive la sociedad mundial, especialmente los dos países que han marcado su vida, Itali y España.

-Italia suma su octava semana confinada. ¿Cómo lo lleva?

-Al principio, yo tuve que estar 15 días encerrado, sin ni siquiera poder sacar a mi perra, porque justo antes del paron el Inter tuvo un medio contacto con un jugador que estuvo contagiado, pero por suerte no fue más allá. Tenemos la suerte de que en Milán vivimos en un piso grande y con terraza, y tenemos a nuestra perra Lola para sacarla a pasear. Así que de vez en cuando respiramos algo de aire.

-¿Cómo se entrena?

-Cuando tenía 16 años y estaba en la cantera del Madrid me rompí un hueso. Esa fue la única vez que había estado tantas veces sin fútbol real. Tengo la suerte de que mi mujer es muy deportista y estábamos bien servidos en casa, con material de todo tipo. Además, el Inter nos mandó una bicicleta a cada jugador. Y tenía también una cinta de correr, pero la hemos roto de tanta tralla que le hemos dado. Con mi hijo mayor nos inventamos juegos con el balón, que algo te quita el gusanillo pero es imposible entrenar el fútbol real durante un confinamiento.

 

-Los futbolistas no soléis pasar mucho tiempo en casa. ¿Afecta esta situación a un matrimonio?

-Eso depende del tipo de pareja que tengas y de la relación que haya. Rocío y yo llevamos muchos años juntos y sabemos lo que nos gusta a los dos. Obviamente, el confinamiento lleva al límite todo, y también a las parejas. De esta pandemia saldrán muchos hijos o muchos divorcios, pero en nuestro caso lo llevamos muy bien.

-¿Y como lo llevan Álvaro y Lucía?

-El colegio de mis hijos está muy bien preparado para la educación online y de lunes a viernes hemos generado una rutina para que ellos sigan haciendo lo mismo que solían hacer, pero desde casa y con clases virtuales.

-Tienen 10 y 6 años. Edades en las que ya se hacen muchas preguntas.

-Pues sí. Y no es sencillo. A Álvaro le decimos la verdad, y así entiende por qué le toca estar en casa, por qué tiene el colegio de ese modo, por qué no puede estar con sus amigos y por qué no puede jugar con su equipo de fútbol. Ser sincero es lo más adecuado con él, y eso ha hecho que se preocupe y siga de cerca la evolución de la pandemia. Lucía es más pequeña y lo entiende menos. El colegio lo lleva bien, pero está un poco más nerviosa.

-¿Entiende las quejas de los padres por no haberle permitido aún salir?

-La medida con los niños es complicada para cualquier Gobierno. Dejar salir a los niños implica también dejar salir a sus padres y eso podría hacer que la gente se relajase y empeorase la situación. A mí me encantaría que pudieran salir, pero el esfuerzo de todos merece la pena. Y si a los perros pudiésemos explicarle que le vamos a dejar un hueco en la cocina o en la terraza para mear y cagar pues no saldrían, pero eso no es posible.

-¿Qué es lo más duro de estar confinado tanto tiempo?

-El tema mental. Te haces una idea, o puedes llegar a entender algo de lo que sufre una persona cuando está en la cárcel. Es una situación muy dura.

-¿Y lo más cruel?

-Seguramente morirse sin nadie a tu lado. Hace unos años perdí a una persona muy querida, y de las pocas cosas que te hacen sentirte mejor es poder despedirte y estar con esa persona hasta el último momento. En este caso no se puede y tiene que ser muy duro.

-¿Considera que el mundo del fútbol ha estado a la altura de esta crisis?

-Hay de todo. Gente muy involucrada que se ha desvivido por ayudar y otra que ha pasado absolutamente.

-Quizás por culpa de este segundo grupo que menciona nace esa crítica de cierta parte de la sociedad por los millones que ganan, y que a la hora de la verdad, la de vivir o morir, no sirven para solucionar nada.

-Es fácil hacer esos comentarios pero no tiene sentido mezclar churras con merinas, ni fútbol con sanidad. Los errores en la gestión de un gobierno es algo de lo que no tienen la culpa los futbolistas. Al contrario, nosotros ganamos mucho dinero y por lo tanto pagamos muchos millones en impuestos. Con ese dinero, el gobierno de un país debería hacer mucho mejor sus cosas y entre ellas revalorizar el servicio sanitario de su nación. Los millones que ganan los futbolistas no tienen nada que ver con salvar vidas.

-¿Se podrá terminar la temporada?

-Los tiempos cada vez se estrechan más y va a ser complicado que se acabe, pero estas próximas semanas serán claves en la evolución de la pandemia y, por consecuencia, de lo que me pregunta. A mí como futbolista me gustaría retomarlo, pero solo porque este hecho querría decir que todo lo demás habría mejorado.

-Sería sin público

-Y no me gusta. Ya lo sufrimos antes del paron, que jugamos tres partidos sin afición. Le quitas la salsa al fútbol, pero si es la única opción que hay habrá que aceptarlo.

-Al menos, quizás la gravedad de esta pandemia sirva para cambiar, para bien, el fútbol y el mundo…

-Desgraciadamente, la especie humana ha demostrado que somos capaces de sacar la parte peor de nosotros mismo, pero yo soy positivo y sí espero que nos haga cambiar para bien. En mi vida personal, mis momentos más jorobados me han hecho reflexionar y cambiar, y espero que esto ocurra igual ahora a la mayor parte de la sociedad.