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Dom, May

VIOLENCIA FÚTBOL MEXICANO... Radiografía de una barbarie

Deportes
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Las ‘barras’ que sembraron el terror el sábado en Querétaro se instauraron en el fútbol mexicano hace casi 30 años, importados del modelo argentino, y enseguida protagonizaron incidentes. Todo empezó con los ‘Ultra Tuza’ de Pachuca

 

(ABC).- El estadio de La Corregidora se convirtió en una ratonera el pasado sábado en el encuentro entre el Querétaro y el Atlas. Los gravísimos incidentes acaecidos durante el partido entre los aficionados de los violentos ‘Gallos Blancos’ del Querétaro y los ‘Rojinegros’ de Atlas han dejado un rastro desolador con 26 lesionados, tres de ellos de gravedad. La escasa policía y la nula actuación de la seguridad ante la avalancha violenta agravó el desastre. Lo cierto es que muchos medios mexicanos y usuarios de redes sociales han augurado decenas de muertos tras el visionado de los impactantes vídeos sobre las diferentes cruentas palizas entre las denominadas barras en México.

Las reacciones no se han hecho esperar y el presidente de la Liga MX, Mikel Arriola, anunció el domingo la prohibición de acceso a las hinchadas visitantes a los estadios en todo el suelo mesoamericano.

Además, la jornada del pasado domingo se suprimió toda la novena jornada del fútbol mexicano afectando inclusive a la Liga MX Femenil y la Liga de Expansión, encargada de rescatar a los equipos con problemas financieros en la primera y segunda división. La Liga MX junto con la Federación Mexicana de Fútbol han unido fuerzas para retomar posibles futuras sanciones y una menos probable desafiliación -desaparición- del Querétaro sobrevuela los corrillos futbolísticos mexicanos. Jugadores como Raúl Gudiño y Antonio Briseño han publicado al unísono una imagen con la leyenda: «Perdió el fútbol, perdimos todos».

Pese a copar las portadas del mundo ante el lamentable espectáculo por la cruenta batalla campal vivida en La Corregidora, hasta el cierre de esta edición no ha habido mayores consecuencias, por lo que Arriola ha sido acusado de tibieza ante la envergadura de los hechos. La incomprensible ausencia de detenciones vuelve a mostrar a la impunidad como protagónica en México, mientras López Obrador culpabiliza a la “moral en la sociedad y el neoliberalismo”. El Gobierno estatal ha anunciado la suspensión de G.E.S. K9, la empresa contratada para la seguridad por el Club Querétaro y a cinco funcionarios encargados del evento deportivo.

Los ‘Ultra Tuza’

Los denominados ‘grupos de animación’ por el presidente de la liga mexicana se remontan a tan solo 26 años atrás debido al propietario del Pachuca CF, Andrés Fassi, actualmente dueño de Talleres de Córdoba. Este argentino fue uno de los impulsores de las llamadas barras, que exportó de su país natal a México, creando la ‘Ultra Tuza’, un grupo de ‘hooligans’ conocidos por su bravura y cuyo efecto contagio llevó a que surgieran grupos de fanáticos en los restantes equipos de fútbol.

En una entrevista, Fassi reconoció que la idea que germinó en la importación de este modelo surgió en la temporada final de 1994-1995 cuando el histórico 25 de junio, un gol en tiempo extra colocó al Celaya en Primera División frente al Pachuca. Fassi consideró que si la hinchada se hubiera conectado al unísono la historia hubiera cambiado. Siguiendo el ejemplo del Pachuca, tres grupos de aficionados se formaron inmediatamente después: Legión 1908 con Chivas, Rebel en Pumas y la Monumental para el América.

Así, las barras bravas mexicanas toman el rumbo de otras de especial fiereza como las argentinas y el resto de las sudamericanas. Incluso clubes de grandes equipos en México, como el Club América, Club Chivas, Club Pumas y Cruz Azul, poseen más de un grupo de acólitos.

Antecedentes violentos

Los hinchas del Querétaro protagonizaron otro altercado con los aficionados del Atlético San Luis en el estadio Alfonso Lastras que fue clausurado durante los siguientes dos encuentros. En esta ocasión, los ‘Gallos’ sufrieron la invasión de su grada y se acabó en otra batalla campal que obligó al público a descender al terreno de juego en busca de un refugio y una huida segura.

Parecida situación provocaron Los Zorros del Atlas cuando invadieron la cancha del estadio Jalisco durante un partido de cuartos de final frente a Chivas. Las agresiones lograron controlarse gracias a la intervención de la policía de Guadalajara. Uno de los mayores traumas vividos en el fútbol mexicano sucedió en 1985 cuando en el túnel 29 del estadio Olímpico Universitario murieron por asfixia ocho personas, de los que tres eran menores.

No todo está perdido y algunos buenos gestos quedarán en la memoria durante el trágico partido del Querétaro con el Atlas como el préstamo de la camiseta de un hincha de los Gallos Blancos a una aficionada para que pudiera escapar.