TENIS | ACAPULCO... El alemán pagó su frustración con la silla del juez y a punto estuvo de golpearle, en un gesto nunca visto
(ABC).- Mientras Rafa Nadal y Daniil Medvedev cerraron sus respectivos debuts en el Abierto de México con cómodas victorias rumbo a la segunda ronda, el foco en el torneo de Acapulco lo acaparó Alexander Zverev por su inaudito cruce de cables durante su partido en la categoría de dobles.
Molesto por la actuación del árbitro en un final de partido muy tenso, el tenista alemán golpeó su raqueta contra la silla del juez nada más saludar y felicitar junto a su compañero, el brasileño Marcelo Melo, a sus verdugos sobre la pista, el británico Lloyd Glasspool y el finlandés Harri Heliovaara.
Con 8-6 en el 'super tiebreak' del tercer set, las protestas del alemán fueron evidentes después de que el árbitro validara una bola que él consideraba que había botado fuera.
Era el 9-6 que dio paso al 10-6 definitivo.
Muy irritado por la derrota y la actuación del árbitro, Zverev se lió a raquetazos con la silla ante el asombro inicial del público y el propio juez del partido. Incluso estuvo a punto de golpearle en los pies en una de sus peligrosas andanadas.
Tras sentarse unos instantes en su banquillo el alemán se volvió a levantar para dirigirse al árbitro a voz en grito y propinar un nuevo golpe a la silla con su raqueta.
Evidentemente, la actitud del tenista alemán, tercero del mundo y defensor del título en Acapulco, le ha costado la expulsión inmediata del torneo mexicano.
En individuales debía jugar esta madrugada en octavos de final ante Peter Gojowczyk, pero una vez descalificado, su compatriota accederá a la siguiente ronda sin necesidad de saltar a la pista.
Disculpa
«Es difícil poner en palabras lo mucho que lamento mi comportamiento durante y después de mi partido de dobles. Me he disculpado en privado con el juez de silla porque mi reacción fue equivocada e inaceptable. No debió pasar y no hay excusa. También quiero disculparme ante los aficionados, el torneo y ante el deporte que amo», se disculpaba en público, a través de las redes sociales, el número 3 del mundo.
Además de no poder defender corona, el alemán se enfrenta a una sanción económica y, posiblemente, también deportiva.