Mal partido del balear, al que se le vio demasiado errático ante Murray en un duelo que perdió en dos sets (6-3 y 7-5) en el que se pudo ver a Juan Carlos I en la grada
(ABC).- El Mubadala World Championship, torneo de exhibición que se celebra en Abu Dabi, era el lugar elegido por Nadal para volver a jugar un partido de tenis casi cinco meses después de la última vez. Suele ser este un escenario amable, donde las revoluciones no van al cien por cien, y donde el público se vuelca con los jugadores.
Con ese panorama salió a la pista Nadal, vestido completamente de negro, para medirse a Andy Murray. Un duelo clásico del tenis moderno que hacía tiempo que no se producía y que sirvió para que el balear se fogueara y probará su pie antes de lanzarse de lleno a la temporada oficial.
Se le vio nervioso e impreciso al balear en los primeros compases, sin la fluidez de los grandes días.
Cuatro meses sin disputar un partido de competición -seis si tenemos en cuenta que desde la eliminación de Roland Garros hasta hoy solo había jugado dos en Washington- son demasiados para un tenista profesional y ni siquiera Nadal, acostumbrado a protagonizar grandes gestas, es ajeno a esa inactividad.
Le pasó factura en un primer set en el que Murray estuvo más acertado, sobre todo en los momentos clave. Aprovechó el británico para romper el servicio del español en el sexto juego y para certificar poco después su triunfo en la primera manga.
Por entonces, ya ocupaba un lugar en su asiento del palco de autoridades Juan Carlos I, que también reapareció después de casi un año lejos de los focos. El rey emérito, gran aficionado al tenis y al juego de Nadal, presenció el resto del duelo, en el que poco a poco el balear fue mejorando sus prestaciones.
Empezó a igualar el choque desde el servicio, errático y sin fuelle en el primer set, y desde ahí dominó más los puntos. Ya no ganaba tan fácil sus juegos el escocés, dando opciones al resto a un Nadal que poco a poco iba entrando en calor. Se iba pareciendo más a sí mismo. Lejos aún de su mejor nivel, pero dejando muestras de su calidad.
Así se llegó al 5-5, con saque del balear. Un juego en el que se repitieron los errores y que puso contra las cuerdas al español. Un revés que se le fue muy largo le dio el break a Murray y la posibilidad de cerrar el partido con su servicio. No la desaprovechó el británico, que se hizo con el encuentro y dejando a Nadal sin su primera final del año. «Feliz de estar de vuelta. Llevaba mucho tiempo sin jugar con Murray y estoy contento de verle jugar a un gran nivel. Para mí al menos es un regreso aunque no es el mejor partido», reconocía el balear, que mañana se medirá a Shapovalov en el encuentro por el tercer puesto.